Mugabe se acerca a su adiós
El dictador de Zimbabue, incapaz de «maquillar» una clara y contundente derrota electoral, negocia su dimisión
Actualizado:Parece que Robert Mugabe ha perdido su última batalla. El octogenario presidente de Zimbabue, incapaz de enderezar los malos resultados electorales con las artes que le han llevado a mantenerse en el poder durante veintiocho años, negociaba anoche la fórmula para abandonar el poder en el país africano, cuyo Gobierno ha liderado desde que desapareció la Rodhesia británica.
El «pucherazo» no ha sido posible esta vez. La presencia de cientos de observadores internacionales y, sobre todo, la sombra de lo ocurrido en Kenia en diciembre le han obligado a negociar, una palabra hasta ahora al margen de su diccionario. Pero ya sólo puede buscar una salida más o menos honrosa. La derrota ha sido evidente y hay demasiados testigos para extender de nuevo su oscuro manto sobre los resultados.
Aunque lo intentó hasta ayer mismo con el retraso en la publicación de los resultados hasta el punto de generar una impaciencia que pronto se convirtió en tensión y que se acercaba ya a un estadio próximo a la misma violencia que provocó cientos de muertos en los comicios kenianos. Hasta el punto de que la comunidad internacional se vio obligada a adoptar un papel activo, para pasar de la recomendación a la presión. La Unión Europea llamó a divulgar los escrutinios «rápidamente» y Estados Unidos animó «fuertemente» a acelerar el proceso. Desde Washington se expresó también la preocupación «por la masiva sobreimpresión de papeletas de Mugabe» detectada y el despliegue de la policía en los colegios electorales durante el recuento. El secretario general de Naciones Unidas, Ban Ki-Moon, exigió «total transparencia».
Sin embargo, tuvo que ser la vieja metrópoli, el Reino Unido, quien realmente dio el giro de tuerca que parece haber convencido al dictador, de 84 años. Así lo aseguró la BBC al hacerse eco de las negociaciones que mantenía el líder del Movimiento para el Cambio Democrático, Morgan Tsvangirai, el partido de la oposición que sale triunfador de las urnas tanto en la cita presidencial como en la legislativa, con el propio Robert Mugabe para realizar un traspaso de poder atado hasta el último detalle. Mugabe se queda, todo indica, a las puertas de su sexto mandato.