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VIGILANCIA. Soldados iraquíes resguardan un punto de control en Basora. / EFE
MUNDO

Los combates en Basora fuerzan a Londres a retrasar la reducción de sus tropas en Irak

El Reino Unido planteaba retirar esta primavera a 1.500 de los 4.000 soldados destacados en el país árabe

ÍÑIGO GURRUCHAGA
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El ministro británico de Defensa, Des Browne, anunció ayer la suspensión de los planes de retirar 1.500 soldados del sur de Irak de los 4.000 destacados en el país árabe como consecuencia de las batallas que en la última semana libran tropas del Gobierno de Bagdad y de la guerrilla chií del clérigo radical Moqtada al Sadr para el control de la ciudad de Basora. Londres redujo en mil efectivos sus tropas en la región, al final del pasado año, tras el repliegue de sus posiciones en la ciudad a una base aérea en el oeste y anunció una retirada de otros 1.500 soldados para la primavera de este año, aunque no precisó la fecha concreta en la que las tropas serían repatriadas.

El ministro británico explicó en la Cámara de los Comunes, que, incluso antes de los enfrentamientos de la pasada semana, la opinión de los mandos militares desplegados sobre el terreno era que no se podría proceder a la retirada en los números previstos. Ahora, todo el repliegue queda suspendido a la espera de acontecimientos.

Tropas del Reino Unido, que definían su papel como de adiestramiento del Ejército y la policía del Gobierno iraquí y de 'supervisión' de la situación, han tenido que intervenir en los últimos días para reforzar la ofensiva lanzada por el primer ministro Nuri al Maliki contra la milicia del Ejército del Mahdi.

Un grupo con tanques y vehículos blindados tuvo que entrar en la ciudad para rescatar a tropas iraquíes de una situación de cerco del enemigo, aviones británicos habían sobrevolado Basora para dar una imagen de fuerza de la coalición que sustenta al Gobierno de Bagdad y otras unidades fueron desplegadas para asegurar el suministro a los efectivos iraquíes.

El portavoz conservador sobre Defensa, Liam Fox, respaldó en líneas generales al Gobierno, al que reprochó, sin embargo, el uso partidista del anuncio de la retirada de tropas por el primer ministro, Gordon Brown, cuando, pensando en unas posibles elecciones, el pasado octubre, quiso ofrecer también la sensación de que se libraba de una operación crecientemente impopular y recicló en una visita a las tropas un anuncio de retirada que ya se había hecho público anteriormente.

Neutralización política

Fox incidió también sobre las sospechas de que la ofensiva lanzada por Al Maliki está más encaminada a neutralizar políticamente al partido de Al Sadr, que compite por el mismo electorado chií, que a acabar, como el ministro de Defensa afirma, con el crimen organizado y las guerrillas terroristas que se disputan el control de la ciudad.

Estas sospechas, aireadas por diversos medios, no han hecho mella en el primer ministro iraquí, que declaró ayer que la operación había concluído con un éxito, a pesar de que al cese de hostilidades, que produjo el mayor número de muertos en Irak desde el verano, se llegó mediante un alto el fuego negociado.

Expertos en la situación en Irak señalan que las tropas británicas dejaron Basora, capital petrolífera del país árabe con control sobre el único puerto comercial, en manos de al menos tres guerrillas, una de ellas, la del Consejo Islámico Supremo, vinculada al propio Al Maliki.