SALVAJE. El Palmar es una de las pocas playas en estado natural que quedan en la costa. / LA VOZ
Turismo

El Palmar contará con su primer complejo turístico, alejado de la playa y con 580 apartahoteles de lujo

El proyecto ha superado siete años de tramitaciones urbanísticas y se construirá en forma de poblado con una altura máxima de una planta, pero los ecologistas mantienen su oposición

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La playa de El Palmar en Vejer, una de las últimas en estado salvaje de la costa gaditana, contará con un complejo turístico con 580 apartahoteles de lujo, que irán acompañados de zonas verdes, academia de golf, spa y restaurantes temáticos. Sin embargo, los promotores, Pinar Costa Atlántico SL, vinculados a una gran empresa mallorquina, defienden que el proyecto tendrá un bajo impacto al estar separado por dos deslindes de la playa y construirse en forma de poblado con una altura máxima de una planta. Los ecologistas de Agaden mantienen aún así su oposición alegando el «fuerte impacto» que cualquier actuación puede tener en una zona que consideran de alto valor ecológico.

La iniciativa fue aprobada por el Ayuntamiento de Vejer el 10 de mayo de 2007, tras más de siete años de tramitaciones urbanísticas, a través de un único plan parcial. En este tiempo ha salido cinco veces a información pública «y ha superado toda la normativa de Costas, Medio Ambiente y del Ayuntamiento», alegan desde la promotora, que insisten que la arquitectura será «muy respetuosa con el medio ambiente» y que los apartamentos se construirán «con el mismo carácter rústico de la zona, en baja densidad y con una altura máxima de una planta».

«Además de contar con un deslinde muy generoso y otro asociado a las modificaciones del plan parcial, el proyecto prevé edificios dispersos y cumple con el río y la carretera», añaden en la empresa que promueve el resort. El resort se compondrá de dos complejos unidos: Palmar 1, con 68.423 m2 y 280 apartahoteles, y Palmar 2, con 35.894 m2 y 200 apartamentos, para un total de superficie de 272.000 m2 y una edificabilidad computable de 36.800 m2. «Tendrá la forma de un pueblo bajo, con zonas verdes y piscinas», resumieron desde la promotora.

Junto a los apartamentos, cada complejo llevará un edificio central también de baja altura que albergará todos los servicios. Además de la recepción y los restaurantes temáticos, estos edificios poseerán un espacio de animación y espectáculos, un centro de spa, salud y fitness, una academia de golf y salas de reuniones y convenciones. Como novedad, también se ha previsto un espacio para la observación del firmamento, que podrá utilizarse asimismo como chill out.

Aunque los apartamentos tendrán las mismas características, la intención de la empresa es explotar los dos complejos asignándoles cuatro estrellas y cinco estrellas gran lujo, respectivamente. En estos momentos el proyecto está totalmente definido, a la espera de concretar la financiación y los acuerdos con los touroperadores. «Este tipo de operaciones es muy complejo ya que cuenta con un presupuesto de 90 millones de euros y conseguirlo en sólo 18 meses de tramitación desde que se aprobó sería un éxito», aclararon desde la promotora inmobiliaria.

La previsión es por tanto que los trabajos,que se prolongarán durante 24 meses, puedan comenzar este año. Las obras llevan aparejadas además todas las infraestructuras necesarias de acometida de agua y electricidad y la explotación generará cerca de 300 puestos de trabajo directos.

Mientras tanto, desde el colectivo ecologista Agaden siguen sin ver claro el proyecto y aseguran que tendrá «un impacto tremendo» sobre la zona de la playa de El Palmar. El coordinador de Agaden para la Bahía, José Manuel Herrera, asegura que en los últimos años «la negativa social a este tipo de complejos está siendo muy fuerte y no la pueden tapar alegando bajas densidades de urbanización».

Concentración

Para Herrera, la ubicación de más zonas verdes «no tiene nada que ver» con el impacto que pueda tener la instalación hotelera. «No basta con que el complejo esté alejado de la costa, el problema es que los proyectos van a llevar a una concentración enorme de instalaciones en toda la costa. El impacto va a ser brutal», aseguró.

«Es necesario potenciar otro tipo de turismo, más alejado de las grandes urbes y los complejos hoteleros y aprovechar las playas con un encanto singular», argumentó. «Ningún vecino de Vejer quiere un hotel de cuatro estrellas, sino que quieren su playa, con buenas vistas y su vegetación autóctona. Un desarrollo de este tipo puede cargarse el escenario, precisamente el que quieren utilizar para vender la zona», lamentó. También recordó el caso de Roche, «en el que se decía que se iba a perdonar el pinar y los pinos acabaron en los jardines de los chalés».

mabardera@lavozdigital.es