Intimidad y seguridad
Actualizado: Guardarl último barómetro del CIS ofrece datos llamativos sobre la percepción que tienen los ciudadanos de su seguridad y de los costes personales que ésta conlleva. El 73% se ha liberado de viejos recelos para asumir la conveniencia de que se instalen videocámaras en establecimientos y en la vía pública, persuadidos de que su utilidad en la lucha contra la delincuencia justifica una eventual intromisión en la intimidad. Pero un porcentaje similar de ciudadanos sí dice sentirse preocupado por la difusión de esas imágenes a través de Internet y por la propia seguridad que ofrece la Red. La garantía de la propia protección parece haberse impuesto a la preservación de otros derechos. Pero resulta cuando menos sorprendente que los encuestados no expresen inquietud por los usos más cotidianos que pueda darse a las videocámaras ni por el control riguroso que requieren sus imágenes.