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El presidente ucraniano, Viktor Yushchenko, y su homólogo estadounidense, George W. Bush, durante la rueda de prensa posterior a su reunión en Kiev. /EFE
mañana comienza la cumbre en bucarest

El presidente de EEUU respalda las aspiraciones de Ucrania y Georgia de entrar en la OTAN

El apoyo de Bush no garantiza que los 26 aliados aprueben la apertura hacia las dos repúblicas ex soviéticas, ya que la oposición de Rusia arrastra a países miembros como Alemania y Francia

AGENCIAS |
KIEVActualizado:

La cumbre de la OTAN que mañana se inicia en Bucarest se anuncia tensa tras el pleno apoyo manifestado por el presidente de EEUU, George Bush, a los deseos de acercamiento de Ucrania y Georgia a la alianza militar pese a la oposición frontal de Rusia y los recelos de algunos países europeos. En torno a la mesa se debatirán temas cruciales para la OTAN, como son la ampliación a tres nuevos miembros -Albania, Croacia y Macedonia-, las operaciones militares en Afganistán y Kosovo, y las nuevas amenazas del siglo XXI.

Antes de partir hacia Bucarest, el presidente de EEUU, George W. Bush, ha hecho escala en Kiev para reunirse con su colega ucraniano, Víctor Yuschenko. Desde allí, Bush ah enviado un mensaje inequívoco de apoyo firme a las aspiraciones atlánticas de Ucrania y Georgia. "Mi posición es completamente sólida, Ucrania y Georgia deben recibir un plan de acción", ha sostenido el presidente estadounidense, que, además, ha asegurado que ése es el mensaje sobre el que insistirá durante la cumbre.

Yuschenko, que ha querido agradecer a su homólogo estadounidense su pleno apoyo para la adhesión al 'Plan de Acción' en Bucarest, se ha mostrado "seguro" de que recibirán "una señal positiva" en la cumbre. El presidente ucraniano no ha querido pronunciarse sobre lo que ocurriría si la OTAN cierra la puerta a su país y se ha limitado a insistir en que el plan de acción "es el mejor camino posible" para garantizar la continuidad de las reformas y la estabilidad en Ucrania.

El rechazo ruso mueve a Alemania

Pero que los 26 aliados vayan a aprobar la apertura hacia las dos repúblicas ex soviéticas, pese al apoyo estadounidense, no está ni mucho menos claro. Rusia se opone a cualquier señal hacia Kiev o Tiflis con la misma fiereza con la que Bush defiende la iniciativa. A la luz del rechazo ruso, países miembros de la Alianza, como Alemania, han hablado contra el plan de acción, alegando las fuertes divisiones internas y, en el caso de Georgia, la existencia de conflictos secesionistas. También son conocidos los recelos de Francia, Italia, España, Portugal, Holanda, Bélgica y Luxemburgo.

En los últimos días se ha conjeturado con la posibilidad de un acuerdo entre Washington y Moscú por el que, a cambio del "no" de la Alianza a Ucrania y Georgia, Rusia levantaría sus objeciones al escudo antimisiles que EEUU quiere desplegar en Europa del este.

Esta posibilidad ha sido rechazada tajantemente por Bush, que, por otro lado, sí ha confirmado su llegada el próximo domingo a Rusia para visitar al presidente saliente, Vladímir Putin, con el que esperar acercar posturas en el polémico escudo antimisiles, en la última etapa de su gira por Europa del este y que, a todas luces, será la última reunión de ambos como jefes de Estado.

Bush, optimista ante la votación

Bush, que ha admitido que no está claro lo que pueda ocurrir en Bucarest, no se ha dado ni mucho menos por derrotado. "Los países me han dicho que Rusia no tendrá un veto sobre lo que ocurra en Bucarest, y les tomo la palabra. Yo no daría por sentado el resultado, la votación tendrá lugar en Bucarest", ha asegurado.

Según Bush, "a la OTAN le conviene, y a Ucrania le conviene, que Kiev reciba el plan de acción". En este sentido, ha recordado que Ucrania es el único país no miembro de la organización atlántica que contribuye en cada misión de la Alianza, en Kosovo y en Afganistán.

EEUU es de la opinión de que el "sí" de la Alianza serviría para dar un firme espaldarazo a las reformas democráticas acometidas en Ucrania desde la llamada "revolución naranja" que dio el triunfo electoral a Yúschenko en 2004 y le ayudaría a combatir problemas como la corrupción.