El Ayuntamiento ya ha solicitado los permisos para tirar Santa Clara

Los derribos de Santa Clara se realizarán en el plazo de un mes. El Ayuntamiento ya ha solicitado los pertinentes permisos y, según explicó ayer el edil de Vivienda, Antonio Jesús Ruiz, sólo están a la espera de que sean concedidas las licencias y de que algunas de las familias del inmueble de Cruces, 6 terminen de realizar la mudanza.

En concreto, el Ayuntamiento y la Junta de Andalucía han tenido que expropiar cinco fincas, tres residenciales y dos dedicadas al sector empresarial (Metalbahía y el taller de La Rinconada). Un total de 6 millones de euros (1,4 millones aportados por el Ayuntamiento y 4,2 por la Junta) se ha destinado a estas expropiaciones que se llevaron a cabo hace un mes y medio.

Metalbahía, dedicada al negocio de la ferralla, ya muestra en su fachada un gran cartel donde informa a sus clientes de que se trasladan por «expropiación forzosa» a sus almacenes de Rota. El derribo de estas instalaciones, al igual que el de las tres fincas residenciales ubicadas en la calle Cruces, es indispensable para que la Junta de Andalucía comience el próximo verano el complejo de 190 Viviendas de Protección Oficial (VPO) sobre los terrenos de la Ermita de Santa Clara, donde serán realojados los vecinos de la barriada de José Antonio.

Desafectación

Hace algo más de un mes, las seis familias que vivían en propiedad en Cruces, 6 fueron realojadas en un nuevo bloque de viviendas en la calle Zarza, 50 en régimen de alquiler indefinido. Igualmente, las familias de las otras fincas afectadas han sido reubicadas en la calle Espelete.

Otro de los trámites pendientes es la desafectación de una vía pecuaria que pasa por los terrenos de Santa Clara y que, según informó a LA VOZ la Delegación provincial de Medio Ambiente, se realizará en breve. La cañada se denomina Colada del Cementerio y la administración autonómica deslindó la mitad de esta vía el pasado mes de noviembre de 2007.

Los vecinos de la barriada de José Antonio se han mostrado muy esperanzados por estos avances, aunque igualmente han apuntado que hasta que no comiencen a ver los primeros ladrillos no se creerán que han comenzado «las esperadas obras».