La Bienal Gaditana, un sueño
A veces tengo la sensación de estar hablando al desierto pero, al menos, siento cierto desahogo y por ello no me importa insistir en algunos aspectos. Uno de ellos es el del sueño de una posible Bienal Flamenca Gaditana. Veamos, a ver si soy capaz de explicarme: nuestros vecinos de Sevilla, con el alcalde hispalense al frente en el acto de presentación de la Bienal de Sevilla, han afirmado que se espera superar en un 18% los 7 millones de euros que deparó la cita en 2006. O sea, una cifra superior a los 1360 millones de las antiguas pesetas. Y al mismo tiempo, se está fomentado nuestra cultura y nuestras señas de identidad. ¿Podemos imaginarnos el impacto económico que supondría realizar un evento de estas características que cada día recorriera una las ciudades de nuestra provincia, que además son cuna del flamenco por derecho propio? Ahí está Cádiz, Jerez, San Fernando, Chiclana, Puerto Santa María, Puerto Real, Sanlúcar, Trebujena, Algeciras... La sierra gaditana... cada una ofreciendo lo mejor de su cultura flamenca y su idiosincrasia... Podría ser una gran revolución cultural y turística de primer orden. Cuando los datos confirman que estamos a la cabeza del paro en Europa, cuando día tras día cierran las pocas industrias que tenemos... y no somos capaces de poner en alza nuestros valores que, precisamente, son un reclamo internacional sin precedentes, da auténtica pena. O somos muy torpes para no verlo o quien suscribe ve castillos en vez de molinos... En fin, volveremos a recordarlo pasado un tiempo, quién sabe si a alguno de nuestros responsables es capaz de verlo.
Actualizado: GuardarA otra cosa, el pasado sábado con unos amigos de Arriate y Ronda dimos una vuelta por la Ruta Flamenca de la Plazuela en Jerez. Hay mucho que ver, mucho donde pararse, donde respirar el profundo aroma flamenco... y también alguna ausencia, que paso a recordar de nuevo. Hace un par de años, denunciaba públicamente que el busto de Don Antonio Chacón no aparece. Está en las dependencias municipales pero en ningún sitio de su barrio. ¿Para cuándo se va a recolocar? Se trata simplemente de un acto de justicia histórica con uno de los intérpretes más decisivos en la historia del arte flamenco que clama desde el anonimato. Cuentan que se tuvo que ir de Jerez corriendo ante el desprecio de sus paisanos y no me extraña. En absoluto. Toca insistir, para eso estamos.