El cambio de clima... político
Las elecciones han permitido un cambio del clima político. Las tensiones han desaparecido. La crispación ha cesado. El vencedor tiende la mano al derrotado. Quiero decir que hace el gesto. En realidad en el primer encuentro de los dos grandes partidos el PSOE le ha pedido al PP la cesión de puestos para CiU y el PNV en las mesas del Congreso. Zaplana se ha negado porque sería del género tonto que el perdedor de las elecciones les cediera espacios institucionales a sus enemigos. Pero el PSOE es así. Le ha exigido al PP el sacrificio en nombre de la tradición democrática. José Blanco actúa como si nunca hubiera existido el Pacto del Tinell y el PP no hubiera sido aislado. Como volverá a serlo. Pero, de momento, Blanco ha lanzado ya una pulla: el PP se encastilla al formar la mesa del Congreso y no entra en el juego democrático. Es la primera agresión de la legislatura. Nada escandalosa pero significativa. Importa el estilo y este episodio anuncia que este será el de siempre. Con la ventaja que le da al PSOE la proximidad a la mayoría absoluta. Zapatero podrá permitirse el juego de cambiar de socios parlamentarios, de tener a todos con él según las ocasiones y los proyectos de ley. Con razón Zapatero no pierde la sonrisa en las fotos.
Actualizado: GuardarHa cambiado el clima pero la situación sigue siendo tan grave como en la legislatura anterior. El cambio de modelo de Estado, que se dejó a la mitad, se rematará en estos cuatro años. ¿Qué tipo de Estatuto terminará teniendo el País Vasco para que se siga afirmando que España no se ha roto al tiempo que aquel se convierta en un Estado libremente asociado? Porque de lo que no va a arrepentirse Zapatero es de que el futuro de los vascos y las vascas dependen tan sólo de ellos mismos. Lo único que va a importarle a Zapatero es que la operación le resulte tan rentable al PSOE como lo fue para el PSC el Estatuto Catalán. Ha conseguido desbanca al PNV en las legislativas como lo hizo el partido de Montilla en relación con CiU. El jefe de Gobierno no terminará siendo un aprendiz de brujo como dice Rajoy. Es el brujo mismo que no sólo consigue pactar con los nacionalismos moderados y radicales sino que es capaz de arrebatarles votos. ¿Útiles? Por supuesto. Para parar al PP pero, además, para jugar a fondo con un partido que no cree en la Nación española aunque sí en el Estado plurinacional.