Tan sencillo y tan bello

Algo había que hacer por las tardes. «Comenzamos como una distracción porque los días se hacen muy largos. Y llevamos ya un año vendiendo nuestras manualidades». Se trata de una técnica que llevó a El Torno una profesora para motivar la creación en aquellas personas que se sintieran atraídas por la decoración. Con unos meses de preparación, María Velázquez y su madre María López dominaban este tipo de manualidad comenzando con los primeros ensayos. «Se trata de pegar un papel especial de arroz, con alguna decoración impresa. También nos sirven los cientos de modelos que podemos encontrar en los rollos de servilletas de papel. Muy socorridos. Pues a través de unas técnicas de pegado, con unos acabados especiales, salen estos platos», comenta Velázquez señalando uno.

No sólo platos. Cucharas, vasos, fuentes de cristal, botellas, jarras y hasta tejas son soportes idóneos para desarrollar esta técnica que llaman Decupeau. «No estamos solas. En el Torno también hay buenas manos. El curso ha servido para casi convertir a la pequeña pedanía en una factoría de productos decorativos para cualquier salón que se precie», comenta María Velázquez.

Cuando llega la tarde, con la ausencia de la televisión porque aseguran que «sólo nos interesa de la tele CSI», las dos Marías se encierran en su cuarto taller para seguir trabajando con un nuevo utensilio o proyecto.

Flores estáticas, brisas que acarician un verde valle o cualquier otro motivo puede servir para la decoración de una vajilla nueva. «Nos relaja bastante", comenta María López. Y de camino, se acercan al rastro cada domingo para dar salida a tanta creación. Distracción, gimnasia para nuestra parte más creativa, trabajo en equipo y, de camino, unas perrillas que se ganan con sus bonitos motivos. ¿Quién da más?