El Portuense sufre en Algeciras pero logra una victoria que le saca de los puestos de descenso
El equipo de Orúe da la vuelta al marcador con goles de Zurdo y Sanlúcar y se coloca en la plaza de promoción
Actualizado:El partido transcurría por los cauces del aburrimiento habitual, debido a la falta de profundidad de los dos equipos, que en el primer cuarto de hora habían demostrado con creces los motivos por los que ocupan los puestos bajos de la clasificación, cuando una jugada de Juan Alfaro por banda izquierda fue el origen del tanto rojiblanco; consecuencia de una una salida a por uvas de Wilfred, en la única ocasión clara que se había producido en ese tiempo (dieciséis minutos) y posteriormente de todo el partido.
Hasta entonces no había sucedido absolutamente nada digno de mención por parte de ninguno de los dos contendientes, que se habían limitado a querer y no poder con la responsabilidad del partido. El Portuense sintió el golpe y, durante unos minutos deambuló perdido por el terreno de juego, cosa que no supieron aprovechar los locales para dejar el partido sentenciado.
Reacción
Los de Carlos Orúe se fueron recuperando poco a poco, hasta casi hacerse dueños de la situación y en dos minutos tuvieron sendas ocasiones de nivelar el electrónico una por cada banda (minutos 26 y 28), aunque ninguna de las dos fructificaron.
El técnico sabía lo que podía significar ese resultado, por lo que espabiló a los suyos que lo intentaron de todas las maneras sin que, en un principio, Félix pasara por muchos apuros.
Tanto va el cántaro a la fuente que termina rompiéndose y en una de las tantas incursiones por banda derecha del Portuense, en esta ocasión llevada a cabo por Viyuela, (antes lo había hecho Velazquez) es rematada al fondo de la red por Zurdo, en lo que significaba el empate en un momento psicológico.
Con este resultado concluyó la primera parte quedando toda la segunda, con todas las condicionantes que se han comentado a lo largo de los últimos días, sobre los segundos tiempos del equipo de José Luis Montes.
Sucedió lo esperado
El Racing se puso las pilas y tomó la responsabilidad del choque metiendo al Algeciras en su campo aunque sin ninguna representatividad de cara al gol. Orúe movió bien el banquillo y, nuevamente en una jugada hasta la línea de fondo, el Portuense realizó un centro medido al que no llegó Félix y Sanlúcar, completamente solo en el segundo palo, no tuvo problemas para meterla al fondo de la red.
Dados los antecedentes y, aunque al partido le quedaban veinte minutos se dio por cerrado el partido, pues al Algeciras empezó a tener los mismos síntomas de otras ocasiones; es decir, a pesarle el partido teniendo los jugadores los clásicos calambres debido a su forma física.
Además, el conjunto de El Puerto no quiso hacer mucha sangre y se limitó a que el balón estuviera en el campo del Algeciras, para no pasar peligro y, por si acaso pescaba algo más, cosa que pudo suceder en dos ocasiones en los minutos finales, pero que finalmente no fructificaron. Desde luego hubiese sido un castigo demasiado duro para los jugadores algecireños, que siguen manteniendo su orgullo.
Carlos Orúe reconoció en la rueda de prensa posterior al partido que sus jugadores estuvieron «muy preocupados con este choque, debido a la ansiedad con la que estamos jugando». Admitía la dificultad que tiene este tipo de partidos, sobre todo «por la decisión con la que está jugando el Algeciras y la igualdad que hay hoy en el fútbol».
El entrenador jerezano se queda «con las ganas y la ilusión que han puesto mis jugadores». Asegura que el Algeciras «antes de que termine la Liga va a ganar algún partido». El técnico rojiblanco, José Luis Montes, cree que lo que le está ocurriendo últimamente al Algeciras Club de Fútbol «es una cuestión mental más que otra cosa».
El segoviano se explicó asegurando que «sin cambiar nada ni hacer ningún tipo de variación de sistema, el equipo tiene 20 minutos buenecitos y de repente se viene abajo».
Montes puntualizó que «domingo tras domingo estamos cometiendo los mismos errores, pues prácticamente el contrario no tiene que hacer demasiado y somos nosotros los que se la ponemos para que la meta».