Una 'movida' de fiesta
Alaska, Pedro Almodóvar, Luz Casal y Rossy de Palma reviven el espíritu de los 80 junto a la Familia Grimaldi en el Baile de la Rosa
Actualizado: GuardarErnesto de Hannover, marido de la Princesa Carolina de Mónaco, tirando de la tanga cosida con imperdibles del artista Paco Clavel o el regreso del cineasta Pedro Almodóvar al escenario, como cantante, fueron algunos de los momentos más memorables del tradicional Baile de la Rosa, celebrado el sábado por la noche en Mónaco. En su inevitable glamour, la gala tuvo como protagonista indiscutible al modisto alemán Karl Lagerfeld, que volvió a sentarse en la mesa presidencial junto a su musa y anfitriona, Carolina de Mónaco, que prometía ser la estrella con un vestido, de la firma Chanel, diseñado por él, y que le aseguró la foto más cotizada de la velada.
Con melena informal, pero elegancia de casta, es la «mejor heredera que ha tenido Grace Kelly», afirmó Pedro Almodóvar, uno de los invitados junto a Alaska, Rossy De Palma, Luz Casal, Bibiana Fernández o Mario Vaquerizo.
El oscarizado director, que vestía un traje de Armani, junto con unas gafas de sol de Prada, predicó con el ejemplo para también eligir a Lagerfeld para su traje, amplio y negro, reprimido en la parte de arriba por una chaqueta medieval, con hombreras y abotonado hasta el cuello, de la que se desprendió una vez llegado el baile .
Bibiana Fernández apostó por un vestido clásico, palabra de honor de color rojo, de la firma francesa Dior, mientras que la cantante Luz Casal optó por un desmontable traje de corpiño blanco y abultada falda negra, del madrileño Juanjo Oliva. Finalmente, Rossy de Palma, siempre excéntrica en su vestuario, añadió a su vestido, de tres cuartos, negro, un mantón de plumas multicolores diseñadas por la belga Diana Von Furstenberg.
Pero no fue la única en dar la nota, el tercer hijo de Carolina de Mónaco, Pierre Casiraghi, se calzó unas alpargatas de terciopelo con el dibujo de un pequeño diablo. Él, que se marcó luego unos pasos de baile guiado por Mario Vaquerizo, -manager y marido de Alaska-, dio el primer aviso de que la fusión de la Casa Real de Mónaco con la subcultura de la movida engendraría grandes momentos.
Pero, sobre todo, el Baile de la Rosa supuso el regreso de Almodóvar a los escenarios como cantante, que se lanzó a cantar en inglés hasta su Give it to me now o, según la pronunciación movidera, givit chumiau.