Los moteros se dejaron ver menos que otros años y de forma dispersa
Que ayer la ciudad acogió nuevamente a miles de moteros es una realidad, pero no hay que dejar pasar el hecho de que el número resultó notablemente reducido con respecto a anteriores ediciones del Gran Premio. Por las calles no se hablaba de otra cosa, ya que en muchas de ellas la presencia de aficionados y el característico olor a goma quemada prácticamente brilló por su ausencia.
Actualizado: GuardarEl cerramiento de las principales vías, a pesar de las bolsas de aparcamiento habilitadas para motocicletas, ahuyentó a muchos motoristas que dejaron desierto el centro urbano y semivacías zonas antes típicamente moteras como las avenidas de Lola Flores o Álvaro Domecq. Donde sí se registró una mayor afluencia de estos vehículos fue en la avenida de Arcos, en la que cientos de vecinos se agolparon para presenciar las piruetas de los conductores, si bien es cierto que fueron los jóvenes jerezanos con sus scooters los más entregados al arte del caballito.
Los bares de esta zona con toda probabilidad habrán sido los más beneficiados a nivel económico, puesto que el resto apenas si ha notado la celebración del campeonato a la hora de hacer caja. Otro de los lugares más animados fue Ifeca con la Feria de la Moto, que a pesar de su tímido arranque logró congregar a 18.000 personas, que disfrutaron especialmente de los espectáculos y conciertos, así como de las exhibiciones en el González Hontoria. En lo que respecta al espacio de ocio del botellódromo, ayer la asistencia de público fue mucho mayor que el pasado viernes, aunque vecinos de la ciudad y el entorno coparon buena parte del recinto.
Los supermercados también notaron una bajada de clientela, pues en muchos de ellos durante estas fechas se acaban las existencias, y en esta ocasión no han sufrido problemas de tal índole. Una realidad que contrasta de forma llamativa con el aforo del Circuito de Velocidad, donde se han vendido todas las entradas y que ayer presentaba un lleno absoluto en los entrenamientos. Este hecho, junto a los testimonios recogidos a diversos moteros, corrobora que existe una tendencia a huir de la ciudad para optar por otras localidades cercanas con menos restricciones y más abiertas a la libre conducción de motos.
Sin embargo, tampoco hay que dejar pasar la posibilidad de que la crisis económica haya propiciado que muchos aficionados reduzcan considerablemente su estancia, e incluso algunos sólo aterricen en Jerez el día de hoy para asistir a las carreras. Para consuelo de los aficionados locales, cabe resaltar, no obstante, que en comparación con el viernes lo de ayer pudo calificarse de avalancha motera.