«No voy al Circuito, yo vengo por la marcha»

José Manuel Cidre tiene 24 años y es guardia civil; Ángel Castro, 35 y es empresario. Ambos salieron sobre sus dos ruedas de Chantada, un pueblo de Lugo, el jueves por la tarde. Partieron un grupo de ocho amigos y llegaron a Jerez el viernes por la tarde. Hicieron el trayecto sin prisas, disfrutando de las paradas. Los dos comparten una casa alquilada en las inmediaciones de la avenida de Arcos con otros amigos. Ángel, que acude puntual a la cita desde hace cuatro años, explica que ha utilizado siempre el mismo alojamiento. Para José Manuel ésta es la primera ocasión en la que vive la Motorada: «Todo el que tenga moto tiene que venir aquí algún día, esta cita es de obligado cumplimiento», asegura.

Los dos moteros coinciden en destacar el compañerismo con el que se vive todo lo que rodea la gran afluencia de vehículos de dos ruedas a motor. Ambos tienen muy claro que vienen a divertirse. «Vamos dondequiera que haya fiesta, aunque queremos sacar tiempo para visitar los alrededores», explican. Ángel, que ya ha venido otros años, apunta que en esta edición percibe que hay menos gente que en años anteriores. «El personal se ha tenido que buscar el alojamiento hasta a 80 kilómetros del circuito en otras ocasiones, pero este año se encuentra sitio en Jerez sin demasiada dificultad», dice el empresario gallego. Pero el que la afluencia haya podido descender no les preocupa en absoluto: «Aunque la concurrencia esté por debajo de la de otros años, el ambiente está tan bien como siempre», dice sin dudar.

Podrá resultar sorprendente, pero Ángel no ha pisado aún el Circuito pese a los cuatro años que hace que acude a esta concentración. Y tampoco muestra mucho interés en ver las carreras este año. «A mí me da igual ir o no al Gran Premio, yo vengo por la marcha y lo más probable es que me quede durmiendo», explica. José Manuel, en cambio, está decidido: «Yo sí quiero entrar».