Un Cádiz con dudas recibe al aspirante Elche de David Vidal

Hoy le toca hablar al respetable. Al que paga y se aburre. Al que desde aquella aciaga tarde de Getafe en el que se consumó el descenso a Segunda no sabe lo que es disfrutar junto a su equipo. A ese cadista que se deja sus dineros cada verano buscando un sueño de ascenso que, en muchos casos, su vida no se lo puede dar. Ese tiene hoy la palabra en Carranza.

Ese aficionado que está cansado, para colmo, de tener que escuchar justificaciones de bocas de una plantilla privilegiada y que todavía se parapeta en la crisis institucional que vivió el club hace ya un tiempo. Palabras llenas de excusas y que no pueden justificar el hastío al que han condenado a su afición en los últimos dos años. Palabras y más palabras de un equipo muy dicharachero ante los micrófonos pero que se queda mudo ante los rivales tal y como le ocurrió la semana pasada en Las Palmas. Un partido que, sin duda, ha marcado un antes y un después en el discurso de un entrenador que sufrió como el que más la patética imagen ofrecida por un Cádiz que bajó los brazos sin conocimiento del escudo que portaban en sus camisetas. Tal era el enfado del técnico gaditano y cadista que no ha aguantado más y ha echado mano de la sinceridad dejando a un lado la diplomacia que tantas veces salva a los futbolistas. A principios de semana tiró de la manta sin tapujos y, salvo a Gustavo López y poco más, dejó en evidencia a un equipo sin orgullo, sin carácter, sin orgullo, sin vergüenza.

Como es normal, las palabras de Calderón han dolido en un vestuario repleto de futbolistas mimados por la directiva (ya menos, la verdad) y esta semana no ha habido día en el que entrenador y jugadores no se hayan dicho varias cosas a la cara. Con razón o sin ella, Calderón ha caído en su enésimo error y se ha adentrado en una senda en la que puede quedarse sólo si las cosas se siguen torciendo más de la cuenta. Por todo ello, sólo le queda apelar al compromiso de sus profesionales para levantar una nave que se hunde por momentos. Una clara señal de ese compromiso es comprobar las significativas ausencias en la convocatoria de Nano y Miguel, dos de los hombres que estuvieron en los minutos finales del partido ante Las Palmas. Tan claro lo tiene Calderón que ni tan siquiera ha esperado al día del partido (como tiene acostumbrado cada vez que juega como local) para dar su lista de elegidos.

Once comprometido

Si a Calderón a no se le ocurre dar continuidad a Limia tras el partido en Las Palmas, a la puerta regresará Contreras. Cristian, De la Cuesta, Paz y Raúl López repetirán en la defensa pese al partidito que se marcaron en Gran Canaria. Ya en el centro del campo es donde llega el compromiso. El capitán Fleurquin compartirá el doble pivote con el siempre guerrillero Bezares, que desplaza a Miguel García. La indolencia del albaceteño en Las Palmas le ha pasado una factura que la pagará hoy desde la grada. Si las cosas se complican, Diego Rivas saltará desde el banquillo para tratar de arreglarlas. En las bandas repetirán Enrique y Gustavo López. Arriba, Natalio es el único que tiene claro que jugará a la espera de conocer su pareja de baile. El crédito de Bangoura parece agotado y las ganas de Casas parten como favoritas en las apuestas para que el ariete ex del Elche se tome la revancha con la directiva que en su día no le dio lo que pedía para renovar con el club de Alicante.