
Uribe acepta excarcelar a presos de las FARC para acelerar la liberación de Betancourt
La delicada salud de la ex candidata presidencial colombiana, con hepatitis y una enfermedad animal, obliga al Gobierno a plegarse ante la guerrilla
Actualizado: GuardarLos alarmantes últimos informes sobre la delicada salud de Ingrid Betancourt, que la comparan con «los niños de Somalia», parecen haber convencido al presidente de Colombia, Álvaro Uribe, para actuar con urgencia y ofrecer la excarcelación masiva de guerrilleros de las FARC presos, incluso los condenados por delitos de lesa humanidad, a cambio de la liberación de la política cautiva.
El Gobierno daría por hecho el acuerdo humanitario si las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia dejan en libertad a la ex candidata presidencial, aquejada de leishmaniosis y hepatitis B, lo que ha obligado a sus captores a llevarla en cuatro ocasiones a consultorios médicos de la selva, la última el 27 de febrero.
La noche del jueves, el comisionado para la paz, Luis Carlos Restrepo, anunció la oferta. «Basta, simplemente con que de manera inmediata la doctora Betancourt sea puesta en libertad consideraremos que el acuerdo humanitario se ha realizado y, en tal sentido, aprobaremos la suspensión condicional de las condenas a los miembros del grupo guerrillero que se acuerde».
«Nuestro interés, por supuesto, en primer lugar, es la salud de Ingrid Betancourt, pero creemos que este mecanismo permite que, también de manera inmediata, los otros secuestrados que están en difíciles condiciones de salud y, en general, la totalidad de rehenes pueden beneficiarse», añadió el comisionado de Uribe. Restrepo aseguró que «el Gobierno se ha unido al clamor nacional e internacional para que la vida de Ingrid Betancourt sea salvada. En este caso no podemos correr riesgos ni hay más tiempo de espera».
Consultorio acordonado
La premura y el gesto llegaron después de que un testigo asegurara que en febrero la mujer fue llevada para recibir asistencia a un consultorio médico de El Capricho, una pequeña población de las selvas del Guaviare. Esta región del sur del país es una de las zonas con fuerte presencia de la guerrilla liderada, supuestamente, por Manuel Marulanda 'Tirofijo'. Desde su cabecera municipal, San José, salieron los helicópteros de la Cruz Roja que participaron en el rescate de los seis 'canjeables' liberados en enero. El sacerdote Manuel Mancera, afincado en esa área, explicó a un canal de televisión colombiano que «de doscientos a trescientos guerrilleros acordonaron el puesto de salud» de la aldea.
La víspera fue el Defensor del Pueblo, Vólmar Pérez, quien dio la voz de alarma al asegurar que el estado de salud de Betancourt era «muy, muy delicado». Confirmó que su oficina tenía datos de que la ex candidata presidencial secuestrada en febrero de 2002 había sido atendida en la región del Guaviare. «Me da rubor -subrayó Pérez-, pero alguien me dijo que sus características físicas no distan mucho de la de los niños de Somalia». Según Pérez, la francocolombiana está afectada de hepatitis B y leshmaniasis, una infección casi limitada a los animales y causada por un parásito transmitido por un mosquito o mosca que puede dejar severas lesiones en la piel y mutilar zonas del cuerpo como las orejas. Tanto los datos del funcionario como del sacerdote coincidían en cifrar la atención sanitaria «entre el 20 y el 25 de febrero».
De inmediato, la Iglesia católica reclamó a las FARC la entrega de la rehén. A esa suplica se sumaron también los familiares y los políticos recién liberados. Todos le piden que no desfallezca y que resista para que pueda reunirse con sus hijos Lorenzo y Melanie.
750 rehenes
Las FARC retienen a unas 750 personas, entre ellas 40 llamadas 'canjeables', es decir políticos, militares y soldados, y tres contratistas estadounidenses a quienes pretenden cambiar, previo despeje de los municipios de Pradera y Florida, por quinientos de sus miembros presos.
Sin embargo, tras el bombardeo al campamento situado en la frontera ecuatoriana en el que murió 'Raúl Reyes', el segundo hombre al mando de la guerrilla y su portavoz, y el asesinato a manos de su escolta de 'Iván Ríos', otro de los miembros del secretariado, los canales de comunicación habituales con los jefes guerrilleros son inexistentes.