Jerez vive el inicio de la Motorada más tranquilo de los últimos años
JEREZActualizado:Jerez ya se encuentra inmerso en la vorágine motera. Tras calentar motores el pasado jueves, cuando comenzaron a llegar los primeros aficionados, ayer la presencia de los amantes de las dos ruedas se hizo notar algo más en la ciudad, aunque bien es cierto que los visitantes fueron apareciendo de forma escalonada y la avalancha propia de otros años se espera que no se haga realidad hasta el día de hoy. Las primeras concentraciones se producían en el Circuito de Velocidad por la mañana, a donde se podía acceder con facilidad, sin apenas retenciones, pero cuyas dos primeras entradas se cerraron prácticamente desde primera hora, con el fin de que sólo las motos, los vehículos de servicio público y las personas acreditadas fueran los únicos privilegiados que aparcaran a las puertas del recinto.
El resto de público fue desviado directamente a los otros dos accesos, los de Torremelgarejo y Estella, que registraron un lleno considerable, aunque sin apenas saturaciones. Entre los grupos de moteros que acudieron a presenciar los entrenamientos y, como decían algunos, a «amortizar así los 90 euros de la entrada», reinaba el buen humor y las ganas de diversión y de pasar un buen rato, algo incentivado más si cabe por el sol y el calor que presidió la jornada. Las bolsas de aparcamiento, una exclusiva para motocicletas y otras cuatro para los demás vehículos, aglutinando en total 42.000 plazas, tampoco terminaron de completarse, por lo que el personal del Circuito confirmó a LA VOZ que el día de ayer se desarrolló de forma «muy tranquila», incluso con menos afluencia que la de otros años.
Los moteros que pisaron el trazado jerezano, por su parte, no sólo disfrutaron de los primeros entrenamientos sino también «del ambiente», que es lo que más suelen destacar después del evento deportivo en sí. Este es el caso de Javi y Almudena, unos incondicionales extremeños que han vuelto a Jerez en esta edición, y que resaltaron «la buena organización, con unos accesos que están muy controlados, y la oferta de ocio, ya que este año han puesto en marcha lo de Motojerez, que estamos deseando visitar».
Luciano y María, procedentes de Santander, hicieron hincapié en la buena climatología que anima a muchos turistas a asomarse por estas tierras, aunque reconocieron que este año, al menos por el día de ayer, la presencia de moteros era menor que la de otras ocasiones. No obstante, lo importante para ellos es pasar un buen rato, algo a lo que pueden aspirar tanto en el velódromo y sus alrededores como dentro del casco urbano. En el primero de los casos, los asistentes cuentan con carpas y puestos de comida y bebida de todas clases, así como música y vendedores ambulantes, sin olvidar la presencia de los campistas, que por primera vez pueden acampar de forma oficial en el Circuito. Ayer, el número de éstos rondaba el millar.
En plena ciudad, la oferta lúdica se consolida cada año, aunque hay que reconocer que la presencia de moteros en las calles fue notablemente inferior a la de otros viernes precedentes al Gran Premio. En el centro urbano, completamente cerrado a las motos, la afluencia de seguidores del campeonato fue prácticamente inexistente, a pesar de que contaban en la plaza Monti con una de las nuevas bolsas de aparcamientos especialmente habilitadas para las motos. De la cálida temperatura que caracterizó la noche sí que disfrutaron muchos jerezanos, que sí llenaron las principales terrazas de la zona.
Algo parecido ocurrió en la avenida Álvaro Domecq, donde algunos locales como Kapote sí registraron a partir de la tarde un aforo importante, aunque tampoco fueron moteros los principales clientes de la jornada. En este sentido, una de las cuestiones que llamaron más la atención fue el hecho de que la zona de ocio específicamente destinada a estos visitantes, con actuaciones y carpas de bares de copas, también presentara un relativo vacío. El concierto de Rosendo, que comenzó con puntualidad británica a las 21.00 horas, no logró congregar a más de 500 personas, aunque a lo largo de la noche se fueron sumando más aficionados.
Las expectativas, al menos a nivel comercial y económico, parece que no se terminaron de cumplir, como tampoco las de los vecinos congregados en la avenida de Arcos, una de las pocas abiertas a la circulación de motos, que esperaron sin mucho éxito el despliegue motero de todos los años. Así también ocurrió en El Puerto, donde tampoco se registró la asistencia masiva que viene caracterizando la celebración del evento. No obstante, el repunte definitivo sucederá con toda probabilidad a lo largo del día de hoy, cuando los viajeros comiencen a llegar en tropel a la ciudad y se pongan a punto para el gran día.
admontalvo@lavozdigital.es