Chapín se va a Nervión

Aprovechando que el viaje no es muy largo, el Xerez Deportivo engorda las maletas. Oli y el Pillino -encargados del material en la entidad azulina- tienen más trabajo que nunca, pues la expedición azulina se lleva Chapín a Sevilla. El Deportivo quiere jugar como en casa, quiere trasladar la grada de Chapín al Sánchez Pizjuán y pretende generar el mismo ambiente que cada quince días se vive en el estadio jerezano. Su intención es jugar como en su propio hogar, salir a por el partido con el aliento y el empuje de una afición que, ahora que tanta falta hace, aprieta de verdad, grita fuerte: «¿Vamos Xerez!».

La guinda del pastel trata de ponerla un Esteban Vigo que ha venido realizando durante la semana un importante trabajo psicológico. El Boquerón no quiere confianzas. Y es que la euforia generada por los tres últimos resultados, por enfrentarse al filial de un equipo amigo o por jugar importantemente respaldados por la marea azulina, hace pensar que el encuentro ya está ganado. El xerescimo ya cuenta con tres puntos que hasta esta tarde a las seis no se ponen en juego. Por ello, Esteban no ha parado de recalcar al vestuario la importancia de este engañoso encuentro ante los cachorros sevillistas, un equipo que a principios de temporada podría sorprender, pero que en la jornada 31 ya ha demostrado que ni mucho menos está conformado por gatitos.

Para tratar de dar continuidad al mejor ciclo de resultados del años, el entrenador del Xerez no moverá a ningún jugador. Lo que funciona no se toca, y como la ausencia de lesiones y sanciones se lo permiten, Esteban repite lista de convocados y once titular. Sólo un contratiempo de última hora, sólo un giro repentino de intenciones impediría que esta tarde no saliera al prado de Nervión los mismos once jugadores que ya lo hicieron hace siete días en Chapín, o quince en el Nou Estadi. Una alineación que ya comienza a hacerse famosa: el once de la salvación será el que se plante en el Ramón Sánchez Pizjuán. Porato, totalmente afianzado en la portería, será el último de una defensa que conformarán Jesús Mendoza, por la izquierda, Redondo, por la derecha, Vicente Moreno y Aythami, como centrales. Samuel apuntalará el sistema defensivo colocándose justo por delante de los centrales, e incluso entre ellos por momentos.

Abel Aguilar tratará de poner el equilibrio en el equipo. El colombiano alterna minutos brillantes con lagunas de imprecisión, pero parece haberle ganado la batalla a Francis definitivamente. Justo por delante de Aguilar aparecerá el mago Viqueira. La efectividad de las jugadas a balón parado ha crecido enormemente en las últimas fechas, y su guante derecho podría servir para abrir su férrea defensa -los de Fermín Galeote sólo han encajado trece tantos jugando como local-.

El grupo de atacantes lo completará Pedro Ríos, Momo y Yordi. La presencia del jerezano y el isleño parece más que asegurada, pero si se cierne alguna duda sobre algún puesto del once, ése es el de Momo. El canario ha disfrutado de la titularidad durante los últimos meses, pero sus gemelos le impiden aguantar noventa minutos. De hecho, Esteban trata de exprimirlo, pero siempre es el primer sustituido.

El que nunca se cansa es Yordi. El máximo goleador de la categoría, además cuenta con el aliciente de regresar a la que fue su escuela, por lo que será aún más peligroso si cabe. En similares circunstancias se encuentra un Antoñito que disfrutaría como un niño si puede gozar de algún minuto en la que fue y, prácticamente es, su casa.

Volver a la buena senda

Por su parte, los sevillistas tratarán de volver a la senda positiva, pues acumulan ya tres jornadas sin lograr una victoria. Para la ocasión, el técnico hispalense no podrá contar con los lesionados Julián, Vargas e Ígor ni tampoco con el ex azulino David Prieto que ha sido convocado por Manolo Jiménez para disputar el encuentro que el primer equipo tiene que disputar mañana en el Santiago Bernabéu.

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