Unos soldados iraquíes retienen a un miliciano del "Ejército del Mahdi" durante los arrestos efectuados en Diwaniya, en el sur de Bagdad, Irak. /EFE
más de 120 muertos en 4 días

Maliki rechaza dialogar con la milicia chií mientras continúan los choques con el Ejército iraquí

La declaración del primer ministro contrasta con las de esta mañana, cuando anunció una ampliación del ultimátum para deponer las armas e incluso les ofreció una recompensa

NASERIYA/BAGDAD Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, ha emitido una orden a los responsables de las operaciones de seguridad en el país, en la que subraya la necesidad de "tratar con determinación" a los insurgentes. Maliki, en referencia a las milicias fieles al jeque chií Muqtada al Sadr, que se enfrentan al Ejército desde el pasado lunes, ha insistido en que no habrá ni negociaciones ni treguas con ellos y ha advertido que todo aquel que no cumpla el toque de queda se convertirá en un "blanco armado", según la agencia independiente iraquí, Aswat al Irak.

Al Maliki ya mostró ayer su rechazo al diálogo o hacer cualquier concesión ante los insurgentes e insistió en que los milicianos sólo tenían dos opciones: entregarse con sus armas o enfrentarse a la muerte. Sin embargo, esta mañana había rebajado el tono de sus amenazas y extendió el ultimátum de 72 horas que dio hace dos días a la milicia fiel al clérigo chií Muqtada Sadr para que depusiera las armas hasta el próximo 8 abril e incluso, en un tono más conciliador, el primer ministro ofrecía una recompensa económica a aquellos milicianos que respondan positivamente a su llamada.

"Es un deseo del Gobierno dar una oportunidad a aquellos que poseen armamento medio y pesado de entregarlo a las fuerzas de seguridad, por lo que la fecha límite ha sido extendida hasta el 8 de abril en lugar del 28 de marzo", aseguraba en un comunicado.

El anterior ultimátum amenazaba a los milicianos chiíes con "graves castigos" en caso de continuar el levantamiento armado que comenzó el pasado lunes en Basora, 550 kilómetros al sur de Bagdad, y que se ha extendido a varias poblaciones del sur, así como a algunos barrios de Bagdad.

Reunión de urgencia en el Parlamento

Las declaraciones de Al Maliki se producen poco después de la celebración de una reunión extraordinaria del Parlamento para discutir la ola de violencia que se ha extendido por el sur del país desde el pasado lunes, tras el estallido de unos enfrentamientos entre las milicias chiíes fieles al clérigo Muqtada al Sadr y el Ejército iraquí en Basora, 550 kilómetros al sur de Bagdad. El parlamento ha decidido crear una comisión para investigar los enfrentamientos. En la reunión no han participado los miembros de los dos principales bloques políticos iraquíes, la Alianza Unida Iraquí y la Alianza Kurda.

El portavoz del bloque del clérigo chií Muqtada al Sadr, Fawzi Karam, cuyas milicias se enfrentan en Basora al Ejército iraquí, ha asegurado que Mashadani será el encargado de dirigir dicha comisión. Karam, que no ha dado más detalles sobre las funciones de dicho comité, ha instado a la ONU a que envíe un equipo para investigar lo sucedido, que ha calificado como "claras violaciones de los derechos humanos" por parte de las fuerzas iraquíes.

Las calles de la capital amanecieron vacías, después de que desde el pasado martes los combates hayan causado al menos 20 muertos y 115 heridos. En Kut, capital de la provincia de Wasit, situada a 150 kilómetros al sur de Bagdad, la cifra de víctimas asciende a 45 muertos y 85 heridos, mientras que fuentes médicas de Basora han informado de que hasta anoche se contabilizaban 60 fallecidos y 259 heridos.

Toque de queda en Bagdad, Basora y Naseriya

Los combates se han extendido por todo el país. Desde Basora a Bagdad y ahora a la ciudad iraquí de Naseriya, 370 kilómetros al sur de la capital, donde han muerto al menos 15 personas y han resultado heridas otras 25. Entre las víctimas hay al menos cuatro milicianos y otros tantos soldados.

Al parecer, los tiroteos se concentran en el mercado de Al Shuyuk en el centro de la localidad, capital de la provincia de Dhi Qar. Según los funcionarios, los enfrentamientos estallaron cuando comandos milicianos intentaron asaltar varias comisarias de la policía en la ciudad. Las autoridades de la ciudad han impuesto el toque de queda para intentar controlar la situación que desde el pasado lunes se ha repetido en varias ciudades de mayoría chií del sur del país.

Por su parte, el portavoz del ministerio de Interior Abdel Karim Jalaf ha asegurado que continúan con su plan de combatir a los grupos que están fuera de la ley de acuerdo con el plan de seguridad que comenzó el pasado lunes en Basora y que ha sido bautizado como Carga de Caballería. "No sólo estamos enfrentándonos a redes criminales, sino también a contrabandistas de petróleo y de drogas", aseguró Jalaf.