Normas absurdas
Aellas no les dejan llevar pantalón y a ellos les impiden participar en un taller organizado por una institución pública. Sí, así estamos en pleno siglo XXI. Que una empresa privada establezca que sus trabajadoras deben enseñar las piernas obligatoriamente demuestra que el director es un hombre que no sabe lo que es llevar falda. Cuando una trabaja en un lugar con tanto movimiento como un hospital, no puede estar preocupada cada segundo de que no se le vea nada. Si tienes que subirte en algún sitio a coger algo, arropar a un enfermo, curarlo o atenderlo debes ir lo más cómoda posible y gracias a muchas mujeres, hace tiempo que los pantalones dejaron de ser prenda exclusiva de los varones. De todos modos, no es tanto el no poder alternar vestuario como la sanción que conlleva no vestir correctamente. Sí es su empresa y él decide, pero eso no le da derecho a poner multas por normas arcaicas.
Actualizado: GuardarPero ellos también han sufrido lo suyo esta semana. Diputación ha decidido excluir a los hombres de un taller de escritura porque quiere dedicarlo exclusivamente a las mujeres. Y digo yo, ¿es que nosotras leemos de manera distinta a ellos? Es incomprensible que pretendamos lograr la tan inalcanzable igualdad excluyendo a los demás. Para ser iguales tenemos que dejar de hacer, para empezar, talleres sólo para hombres o mujeres, heteros, homosexuales, gaditanos, bilbaínos, españoles, europeos... Las instituciones deben dar ejemplo a la población y si son ellas las que empiezan haciendo distinciones qué vamos a esperar de los demás. Al fin y al cabo, más importante que el atuendo es que el trabajo que se desempeñe esté bien hecho y más que el género siempre, quiera quien quiera, están las personas.