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El último maqui
Cristóbal Andrades es reconocido en Setenil por su lucha a favor de la instauración de la democracia
Actualizado: GuardarEncontrar al último superviviente de los guerrilleros que lograron la rendición de los nazis en el estratégico Valle d'Ossau, ubicado en el Pirineo francés, entre Lourdes y Huesca, parecería algo complicado y para lo que habría que hacer miles de kilómetros. Nada más lejos de la realidad, ya que esta persona es natural de Setenil de las Bodegas, donde nació hace 87 años. Su nombre es Cristóbal Andrades. A sus espaldas, además de una larga trayectoria profesional y personal, tiene el prestigio de haber recibido, en 2007, la Medalla de la Resistencia en Francia, una distinción creada por Charles de Gaulle para reconocer a los luchadores por la libertad y la democracia.
Cristóbal procede de una humilde familia de vendedores de pescado y se vio obligado a huir por Málaga junto con su familia, como represaliado por su pertenencia a las Juventudes Socialistas. Tras él se esconden dramas como que su madre fuera torturada por negarse a desvelar el paradero de su padre, Pedro Andrades, militante de la Izquierda Republicana de Azaña, huido del municipio junto a sus dos hermanos, José y Juan.
Lucha por la libertad
Dicen que no hay nada más complicado que ser profeta en la tierra de uno y eso podría aplicarse a este setenileño. Por lo menos hasta la jornada de ayer en la que fue su municipio el que reconoció toda su trayectoria vital. Tras su paso por Cataluña, donde se alistó en la guardia de asalto y pasó por campos de refugiados, se enroló en la resistencia francesa contra los nazis, confiando en que la caída de Hitler fuera el anticipo de la derrota de Franco y la restitución de la democracia en España. Su modelo eran las Brigadas Internacionales, que movilizó en España a 40.000 voluntarios llegados de cuatro continentes.
Posteriormente fue obligado a formar parte de las Compañías de Trabajo, con apenas 18 años, y destinado a la central eléctrica de Fabréges, donde formó un primer grupo de seis resistentes que ayudaron a pasar la frontera a muchos españoles. Fue el germen de la Brigada. Diez de guerrilleros a cuyo mando estaba Ricardo Sánchez, un militar aragonés exiliado. En Béarn, 200 españoles operaban en tres maquis situados en las montañas de los Pirineos.
El 22 y 23 de agosto de 1944, tras un duro combate, consiguieron la rendición de los nazis acuartelados en Eaux Bonnes y en la guarnición de Gabas, dos victorias estratégicas que anulaban este paso de los Pirineos para los nazis. Cristóbal es el único camarada de aquél grupo que aún queda vivo. A él y sus compañeros les recuerdan cada año en Buziet.