Santiago del Valle García (c), principal sospechoso por la muerte de la niña onubense Mari Luz Cortés, sale esta mañana escoltado por los dos policías de la comisaría de Cuenca con destino a Huelva. | EFE
ANDALUCÍA

El presunto homicida de Mari Luz es un vecino, que atribuye la muerte a un accidente

Santiago del Valle, con antecedentes por pederastia, fue detenido junto a su mujer y dos hermanos en Cuenca, en donde se refugió tras desaparecer la pequeña Confiesa que la niña falleció al caerse por una escalera

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Los culpables de la muerte de la niña Mari Luz Cortés, la niña de cinco años cuyo cadáver apareció el pasado 7 de marzo después de 54 días desaparecida, ya están detenidos y, tal como se temía la familia, se trata de vecinos de la barriada El Torrejón donde viven en Huelva. Casi puerta con puerta. El principal sospechoso es Santiago del Valle, de 52 años, que fue detenido junto con su esposa, Isabel García, el martes por la tarde en Cuenca cuando al parecer preparaban papeles para fugarse al extranjero.

Santiago del Valle reconoció ante los agentes estar implicado en la muerte de la pequeña, aunque dijo que esta fue accidental. Ayer fueron arrestados un hermano y una hermana de Santiago por su relación con el crimen. A los cuatro se les imputa un delito de «homicidio involuntario» y sólo la mujer fue puesta ayer tarde en libertad con cargos tras su declaración.

Al bajarse del autobús

Para hoy está previsto que los detenidos sean trasladados al Juzgado de Instrucción número 1 de Huelva, que instruye el caso, para el que mantiene el decreto de secreto de sumario.

El desenlace de esta triste historia comenzó muy lejos de Huelva, en la estación de autobuses de Cuenca en la tarde del martes. Ocho policías detuvieron al matrimonio cuando se bajaban de un autobús de línea procedente de Pajaroncillo, un pueblecito de la serranía de Cuenca en el que Santiago del Valle y su esposa se habían refugiado.

En las dependencias de la Jefatura Superior de Policía de Cuenca, Santiago del Valle admitió que la pequeña Mari Luz murió cuando estaba con él, pero aseguró que fue un accidente. Según su relato, conocía a la niña desde siempre, pues eran vecinos, y el día de los hechos la invitó a entrar a su vivienda, donde intentó abusar de ella. Como la niña se resistió, comenzó un forcejeo en el que Mari Luz recibió un golpe accidental al caer por una escalera, según su versión. El presunto asesino también reconoció que llegó a tapar la boca de la niña para que no chillara. La autopsia practicada a su cadáver dictaminó que murió asfixiada. Según su relato, a continuación la condujo a la ría de Huelva sin determinar cómo y la arrojó al agua en un punto que tampoco ha precisado.

Después de morir Mari Luz y de deshacerse del cuerpo decidió huir con su esposa, dadas las sospechas de la policía y de la propia familia de la niña, que siempre desconfió de él porque conocía su pasado, con antecedentes por pederastia y sobre quien pesa una prohibición de acercarse a sus propios hijos.

Primero se dirigieron a Utiel (Valencia), donde viven varios allegados de su mujer, y luego optaron por irse a Pajaroncillo, para alejarse aún más de la familia de la menor asesinada, por miedo a posibles represalias.

«Siempre vimos algo raro en esta pareja». «Era muy extraño que hubieran venido aquí desde Andalucía, con el frío que hace, a vivir en una casa que no tiene ni estufa», repetían ayer los vecinos del pequeño pueblo de Pajaroncillo, de apenas 100 habitantes, que durante mes y medio han convivido con Santiago del Valle.

Desde el primer momento, la policía sospechó del detenido, hasta el punto de que fue arrestado en Granada unos días después de que se perdiera el rastro de la niña, pero fue puesto en libertad por falta de pruebas.

Aunque los análisis de la policía científica y la autopsia indican que el detenido no llegó a forzar sexualmente a la niña, los investigadores están completamente seguros de que el arrestado es el autor de la muerte de la niña y creen que el móvil fue sexual. Tanto Santiago del Valle como su mujer habían sido condenados en 2002 en Sevilla por abusar sexualmente de su hija de 5 años, delito del que culparon a un profesor del colegio de la niña y por el que reclamaron 60.100 euros y por el que finalmente fue condenado el ahora detenido a dos años y nueve meses de cárcel, en una sentencia confirmada en 2006 por la Audiencia de Sevilla.

Minusvalía

En su sentencia, el juez consideró que los dos condenados padecían esquizofrenia paranoide, con una minusvalía del 75% en el caso de Santiago, y del 65% su esposa, pero en el momento de cometer los hechos no sufrían ningún brote que «alterara su capacidad de entender y querer».

En Pajaroncillo la pareja apenas hablaba con los vecinos. «Aquí han hecho una vida normal», explicó el alcalde del pueblo, Juan Gregorio Requena, quien jamás sospechó que pudieran estar relacionados con un asunto así. «Si pasaban por delante decían adiós, y otras veces no decían nada», relató estupefacta otra vecina.