ESPAÑA

La Fiscalía de Portugal acusa a un grupo 'scout' del homicidio de un niño que murió tras una marcha

El padre asegura que el recorrido se convirtió en «un calvario» para el adolescente, que tenía fiebre y sufrió las consecuencias de una ola de calor

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Un juez de la localidad portuguesa de Sesimbra ha citado a declarar a cinco monitores del grupo scout Luján 102, del madrileño barrio del Pilar, acusados de «homicidio involuntario grave» por la muerte de Diego Amador, de 13 años, en agosto de 2005 mientras se encontraba de campamento en Portugal. El fiscal acusa a los monitores de «negligencia» en la muerte del adolescente, de 13 años, por permitir que hiciera una marcha en estado febril, y sostiene que Diego murió por agotamiento físico asociado a la exposición al calor tras una caminata de ocho kilómetros sin agua.

En declaraciones a Europa Press, el padre del niño, Enrique Amador Esteban, explicó que «lo que tenía que ser un viaje normal se convierte en un calvario porque se pierden, hace muchísimo calor, se les acaba el agua y no había donde coger». Además, el niño comienza la excursión cuando estaba tomando paracetamol de un gramo que le habían recetado en el hospital de Setúbal para evitar la fiebre y el dolor por un golpe en el pie que sufrió el día anterior.

En este estado, «incomprensiblemente al siguiente día salen de marcha» para continuar con una excursión que, en total, recorría las playas lusas a lo largo de 50 kilómetros, sin avisar a sus padres del estado del niño a pesar de que se encontraban cerca del lugar esperando para visitar a Diego y a su hermano, también en el grupo scout .

Sin agua

Aunque estaban alertados por una ola de calor que alcanzó los 38 grados y de que el propio director se llevó a una niña scout a las 11 de la mañana por el cansancio, prosiguieron con una marcha en la que ya escaseaba el agua. «El camino no lo conocían bien, entonces se pierden y dan varias vueltas, comienza a ser una situación bastante complicada, al final mi hijo se marea, se cae al suelo y se pone a delirar», describió el padre.

Así, ante lo «inhóspito de la zona», buscan ayuda en una mina, hasta donde «tardan una hora y media en llegar», por lo que «al hospital llega prácticamente muerto». «Mi hijo al final lo último que dice es: '¿me podéis dar agua?'. Le dan agua y se desmaya», parafraseó. El padre subrayó que este caso «no es una cosa de los Scouts como institución, sino de cuatro monitores y del director del campamento» que, hasta el momento, no se han dirigido hacia ellos «para nada, lo cual es muy triste».

El presidente de la Federación de Asociaciones de Scouts de España (ASDE), Julio del Valle, negó ayer en una rueda de prensa que los cinco monitores cometieran negligencia y ha afirmado que la caminata no podía considerarse como «un esfuerzo sobrehumano» y que estuvo asistida por vehículos que suministraron agua y alimento.

Del Valle ha asegurado, basándose en una autopsia del 5 de agosto -un día después de que muriera Diego-, que el fallecimiento fue por causa desconocida y no debido a la excursión que los jóvenes estaban realizando.

Del Valle argumentó que todos los grupos scouts «cumplen la normativa legal vigente y disponen de personas expertas, formadas y tituladas para desarrollar actividades y prevenir este tipo de sucesos». Y aseguró que la actividad durante la cual murió el niño «contaba con autorización preceptiva» y su programación no incumplía reglas de «prudencia».

La federación ha solicitado «respeto» a la presunción de inocencia de los educadores. Por su parte, los padres de los niños del grupo scout Luján 102 han indicado en un comunicado que los cinco monitores acusados son «merecedores» de su más absoluta confianza y que quieren que «sigan ejerciendo su labor dentro del grupo».