EPIDEMIA. Imagen de las ovejas muertas en el campo arcense. / ANTONIO ROMERO
Ciudadanos

Inmovilizan 1.500 cabezas de ganado tras aparecer muertas más de 200 ovejas en Arcos

La Junta de Andalucía analiza las muestras para confirmar las causas del suceso Los propietarios del rebaño están convencidos de que se trata de un brote de 'lengua azul'

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Dos centenares de ovejas aparecieron ayer muertas en un rebaño que se encontraba pastando junto al río Guadalete, a su paso por la Peña de Arcos. Estas muertes comenzaron a producirse entre la madrugada del sábado al domingo y continuaron produciéndose durante toda la jornada de ayer. Los motivos que las han causado aún se están estudiando, aunque los propietarios del rebaño, Manuel Salguero y Manuel Pajuelo, coinciden en que «podría tratarse de lengua azul». El año pasado «ya perdimos otras 300 ovejas por esta causa», asegura Pajuelo, añadiendo que «eso nos ha enseñado a conocer los síntomas y nuestras ovejas están muriendo como lo hacían las del año pasado».

En concreto, los ganaderos se refieren a que la muerte de los animales se están produciendo lentamente, agonizando poco a poco. Además, aseguran que los veterinarios que tomaron las pruebas ayer, que están pendientes de los resultados para hablar oficialmente de una u otra enfermedad, les aseguraron que a primera vista «tiene pinta de lengua azul».

Estas ovejas muertas forman parte de un rebaño de más de 1.700 cabezas, que ha sido inmovilizado, pendiente de que se practiquen las pruebas oportunas. Técnicos de la Oficina de Control Agrario de Jerez se han desplazado a la zona para tomar muestras de sangre de los cadáveres de los animales y averiguar el motivo de la muerte. Dichos técnicos, a los que también se unieron miembros del Seprona de la Guardia Civil, abrieron en canal algunas de las ovejas muertas para llevarse las muestras de vísceras necesarias para su estudio.

El resto de las ovejas del grupo han quedado inmovilizadas hasta conocer las causas que han motivado la defunción de los dos centenares. Este rebaño es transumante y suele pastar entre las localidades de Arcos y Medina Sidonia, aunque actualmente permanece en la localidad serrana, pendiente del resultado de las pruebas que, en principio, se podrían conocer hoy mismo. Pajuelo asegura que «nosotros no teníamos previsto quedarnos aquí en Arcos; si lo estamos haciendo es porque nos han obligado a hacerlo». De momento esta es la única medida que se ha tomado, por lo que los demás ganaderos de la zona también se encuentran pendientes de estos resultados y las recomendaciones que pueda hacer la delegación provincial de Agricultura. Ese estado de atención se une a la incertidumbre y el miedo se sufrir un brote que haga peligrar a buena parte del ganado.

El delegado provincial de Agricultura, Juan Antonio Blanco, ha asegurado que «estamos practicando las pruebas oportunas y hasta mañana -por hoy- no podremos saber qué está sucediendo». Los técnicos estiman que la sintomatología de las ovejas afectadas coincide con diferentes enfermedades que podrían padecer, entre ellas la lengua azul. No obstante, Blanco considera «precipitado» hablar de que se trate de esta enfermedad. No obstante, entiende que se está trabajando con la diligencia oportuna y que «se tomarán las medidas necesarias, en el momento oportuno». Algo que se podría producir hoy mismo.

Problemas económicos

Los trastornos económicos que estas muertes provocarán son las preocupaciones principales de sus propietarios. Ellos entienden que las ayudas que la Junta otorga por la lengua azul son suficientes, ya que se equiparan al valor real del animal, pero «suelen llegar tarde y eso supone tener que afrontar los costos y asumir la pérdida de ingresos», asegura Pajuelo. En concreto, estos pastores aún no han recibido las ayudas de las 300 ovejas que perdieron el año pasado por esta misma causa. Además, anoche estaban pendientes de retirar los cadáveres de los ovinos. Un traslado que supondrá un coste de unos 5.000 euros, según los pastores, y que «nos tocará asumir hasta que podamos arreglarnos con el seguro, cosa que podría tardar unos 20 días», asegura Manuel Pajuelo.

El otro propietario del rebaño afectado, Manuel Salguero, asegura que «esto es un desastre porque yo y mi socio vivimos de nuestras ovejas, por lo que perder una parte tan importante del ganado en un día es algo muy duro». Al mismo tiempo mostró su preocupación por el estado del rebaño asegurando que «si es lengua azul, que es lo que pensamos, por lo menos dicen que nos pagarán las cabezas que hemos perdido o, al menos, eso esperamos».

En años anteriores las pérdidas fueron «similares» a este, apunta el pastor, pero «nunca se han producido tantas muertes en tan poco tiempo, de una noche para otra». Además, no se descartan que hoy puedan seguir produciéndose, por lo que las consecuencias podrían superar a las del año anterior.

No se libran de peligro

Las 1.500 ovejas que aún conforman el rebaño en que han muerto los dos centenares de animales no se encuentran libres de peligro, según sus propietarios. Pajuelo aseguraba ayer por la tarde que «ahora nos queda una hora para recoger el ganado y hay un número importante de ovejas sentadas en el suelo, cuando deberían estar comiendo», añadiendo que «eso es un síntoma inequívoco de que están enfermas».

Algo que preocupa a los pastores pero que tienen asumido. Actualmente se centran más en conocer científicamente cuál es la causa de la muerte del ganado para saber cómo proceder al respecto y que posibles ayudas podrían solicitar.

La idea que mantienen los ganaderos de la zona no invita al optimismo ya que aseguran que «hay más rebaños afectados aunque a nadie se le están muriendo las ovejas en la misma forma en la que están muriendo las nuestrsa», apunta Manuel Pajuelo.

sierra@lavozdigital.es