La familia de los marineros del 'Saulo' piden a las autoridades que busquen en Marruecos

Jennifer Quevedo está esperando una disculpa del delegado del Gobierno en Canarias, Salvador García. Se siente muy dolida no sólo por que difundió una información errónea sobre el hallazgo del Saulo en las playas de Zahara días atrás, sino porque cree que no se pone empeño en la búsqueda de su padre y su capitán. No tiene aún una respuesta a la desaparición de José Quevedo, de 61 años y vecino de Arucas (Las Palmas), y Cristo Herrera, de 70 y de Agaete (Las Palmas). Ambos viajaban a bordo de una embarcación de diez metros de eslora que debió haber llegado a Canarias el domingo 16, pero su rastro se perdió tras su paso por el puerto deportivo de Barbate.

Desde la dársena barbateña, Francisco Quevedo habló por última vez con uno de sus hijos. Era el jueves 13 de marzo. «Iban a zarpar sobre las ocho y media de la mañana después de haber cargado el barco de combustible. Para que nos quedáramos tranquilos nos llamaría cada 100 millas, pero ya no pudimos contactar más con él».

Pero esta historia comienza meses atrás, cuando Francisco pidió un préstamo para cumplir con un sueño: «comprarse un barco para practicar la pesca de bajura. Estuvo mirando por internet y al final se decidió por el Saulo y fue a Alicante». El desaparecido tiene una empresa de frutas y verduras pero quería disfrutar de su jubilación en el mar. El relato que hace Jennifer revela que el sueño de su progenitor se fue complicando prácticamente desde que llegó a suelo alicantino.

«Esta historia huele mal desde el principio. No podemos contactar con el primer capitán que contrató mi padre y que despidió cuando encalló el barco en Zahara de los Atunes». Salvamento Marítimo y Guardia Civil tienen constancia de que el Saulo quedó varado el día 3 de marzo en esa zona del litoral gaditano. Llevaba muchos bidones de combustible y al día siguiente, tras solventar los problemas de navegabilidad, salió en dirección a Barbate. «Mi padre nos pidió que avisáramos a Cristo Herrera porque es un hombre en el que confiaba y quería que fuera él quien le ayudara a traerse el barco».

El otro desaparecido viajó a la península en avión y se encontró con Francisco en Cádiz. Pero tras su paso por Barbate nada más se supo de ambos.

La familia del dueño del Saulo está convencida de que los dos marineros fueron abordados en alta mar y secuestrados por alguna tripulación marroquí. Es más, creen que pueden estar retenidos en la ciudad de El Jadida, a unos cien kilómetros de Casablanca. «Cuando vimos que mi padre no daba señales de vida, alertamos a Salvamento Marítimo. Les dimos su teléfono y en una de las llamadas que hicieron, alguien descolgó y respondió en árabe. Aunque no les aclaró nada, pudieron rastrear la señal y confirmaron que esa persona se encontraba en El Jadida».

Con estos datos, Jennifer piensa que las autoridades españolas tienen indicios suficientes para peinar esa localidad marroquí. «Estamos desesperados porque no están trabajando en localizar a mi padre y su capitán».

Algo de esperanza llegó días pasados cuando en los medios canarios se difundió que el Saulo había aparecido en las playas de Zahara; una información que fue confirmada por el delegado del Gobierno en Canarias y basada en informaciones de la Guardia Civil. «Ni siquiera nos avisaron y nos tuvimos que enterar por los medios. Pero después de que se equivocaran de barco, aún no nos han pedido disculpa».

A esta historia inconclusa, el delegado canario Salvador García añadía ayer aún más dudas. En declaraciones recogidas por varias agencias de información, García confirmaba que la embarcación de recreo no disponía de las características ni de la titulación para navegar hasta el archipiélago. Mientras llega la respuesta, Salvamento Marítimo mantiene la alerta por radio para avisar a las embarcaciones que cruzan el Estrecho.

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