Es noticia:
ABCABC de SevillaLa Voz de CádizCádiz
Un agente muestra uno de los medicamentos intervenidos durante la operación policial. / LA VOZ
Ciudadanos

Desmantelan una trama que vendía sin control anabolizantes de uso médico en internet

Tres vecinos de El Puerto, arrestados por distribuir fármacos con peligrosos efectos si los consumen personas sanas

SILVIA TUBIO
Actualizado:

Si un internauta introduce en cualquier buscador de la red las palabras Durabolin, Winstrol Depot o Naposin podrá encontrar multitud de páginas donde le ofrecen estos productos a cambio de un precio módico, pero estas transacciones no sólo forman parte de un mercadeo ilegal sino que esconden un grave riesgo para la salud.

Estas sustancias son fármacos anabolizantes que los médicos prescriben a enfermos que presentan una importante pérdida de peso por trastornos como la anorexia o por las secuelas que dejan agresivos tratamientos como la quimioterapia. Pero sus propiedades también son aprovechadas por amantes del culturismo que buscan en ellos un incremento rápido de su masa muscular, obviando así las indicaciones médicas y exponiéndose a unos peligrosos efectos secundarios.

Estos asiduos a los gimnasios eran la clientela de un trama desmatelada por la Policía Nacional que se dedicaba a la venta de estas sustancias por internet. La operación policial se ha desarrollado en Cádiz y Madrid y ha concluido con la detención de seis distribuidores, tres de ellos fueron apresados en El Puerto, uno en San Fernando y el resto en la capital madrileña.

Un guardia civil

Según informó ayer Televisión Española, entre los implicados hay un marino y un guardia civil. Cuatro son españoles y otros dos de nacionalidad brasileña.

Los fármacos que ponían en circulación estas personas venían de países como China, Pakistán o Turquía, aunque también se han requisado partidas elaboradas en España, que al no ser dispensadas en los establecimientos reglados no habían pasado por ningún control de calidad.

Pero además de la falta de garantías, los riesgos a los que se exponen estos consumidores son demasiados altos. «Alopecia, atrofia testicular, alteraciones hepáticas o futuros problemas cardiovasculares son algunos de los efectos que tienen estos fármacos. Se utilizan en aquellos casos en los que hay una drástica pérdida de peso y el paciente necesita recuperar porque su estado es muy delicado. Pero si los toma una persona sana, su equilibrio hormonal se trastoca por completo y los efectos son muy peligrosos». Esta advertencia fue lanzada ayer por el responsable de Farmacia del distrito sanitario Bahía-Janda, Jesús López Palomino.

Desequilibrio hormonal

Las reacciones físicas que desencadenan estos medicamentos tienen su origen en un proceso hormonal. «Estos fármacos lo que hacen es potenciar las hormonas de tipo masculino. El primer efecto que va a notar una persona es un aumento de la masa muscular». Pero aquellos que ven en estos medicamentos el camino más rápido para lucir la figura deseada «están condenados a tomarlos siempre, ya que si abandonan ese tratamiento, verán como esa musculatura se reduce». Por tanto, muchos se ven abocados a un consumo masivo, con las consiguientes reacciones que pueden llegar a afectar gravemente incluso «la conducta sexual del que los utiliza si ningún tipo de control médico».

Otros efectos secundarios son las alteraciones emocionales, ya que estos anabolizantes pueden producir una sensación de bienestar y euforia, «si bien aquellos que lo consumen no lo hacen buscando estos síntomas. Quieren obtener una musculatura que mediante el ejercicio físico es imposible desarrollar», decía Jesús López. Este facultativo del SAS no deja resquicio a fórmulas mágicas. El cuerpo humano tiene un límite y el aspecto musculado que presentan muchos culturistas «sólo se puede conseguir con el consumo de anabolizantes.

Los entrenamientos y los aportes que proporcionan complementos vitamínicos o proteínicos desarrollan los músculos pero no tanto».

En la operación policial que se dio a conocer ayer, los agentes se incautaron de más de 700 cajas y botes de fármacos, dos portátiles, un ordenador de mesa, un teléfono móvil y diversa documentación.

stubio@lavozdigital.es