Jerez

Los vecinos de Guadalcacín vuelven a padecer, un fin de semana más, el 'botellón'

Han recogido más de 300 firmas y mañana se reunirán con la alcaldesa de la pedanía

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La Ley sobre potestades administrativas en materia de determinadas actividades de ocio en los espacios abiertos de los municipios de Andalucía -así se llama realmente la conocida como Ley Antibotellón- establece que corresponderá a los ayuntamientos «prohibir o suspender» las actividades de ocio que no logren garantizar «el normal desenvolvimiento de la convivencia ciudadana». Además de ello, especifica que será la Administración local la que «establezca las zonas, dentro del término municipal, en las que puedan desarrollarse las actividades de ocio, así como las condiciones que hayan de cumplir para garantizar la convivencia».

Por ello, los vecinos de Guadalcacín que el pasado fin de semana volvieron a padecer los efectos del botellón a las puertas de sus casas están convencidos de que «es el Ayuntamiento matriz el que debe solventar este problema. Somos conscientes de que desde la pedanía poco puede hacerse ya que no se dispone de los medios necesarios para ello», como insistieron desde las zonas afectadas.

De hecho, los residentes de este rincón de la comarca están convencidos de que «los chavales vienen hasta aquí a beber porque saben que no hay patrullas policiales en Guadalcacín, porque, como ya hemos señalado en más de una ocasión, a pesar de que llamamos, nadie se persona en el lugar», apostillan.

Todas estas inquietudes serán trasladadas a la alcaldesa pedánea, Ana Lirio, mañana mismo en un encuentro al que está previsto que acudan diversos representantes de los afectados por este fenómeno. De igual forma, se debe destacar que, hasta la fecha, los residentes en la calle Real ya han conseguido aglutinar más de 300 firmas contra el improvisado botellódromo que se ha instalado a escasos metros de 60 viviendas.

Son una serie de medidas que pretenden logar que estos jerezanos puedan dormir los fines de semanas en sus casas «sin escuchar los coches discoteca, sin los gritos o el temor a que alguien decida entrar en nuestras casas», como indican desde la pedanía.