Zanotti: «Viví algo muy lindo en El Puerto y sólo pensaba en volver»

Un tópico muy utilizado en el mundo del fútbol es el de desear la victoria aunque llegue en el último suspiro y de una forma poco vistosa. Y eso es lo que ocurrió ayer en el José del Cuvillo. El triunfo logrado ante el Alcalá otorga un halo de vida y permite acercarse a un punto de la permanencia y dos de la salvación matemática. Y mucho tuvo que ver en esto Mauro Zanotti. El defensa argentino sí supo cómo: como sea.

El gol de la victoria llegó tras una jugada enrevesada en el minuto 92 en la que el guardameta del conjunto sevillano, Thorices, cometió un fallo del que se aprovechó el zaguero rojillo, que ha regresado recientemente a la ciudad del Guadalete tras su marcha al Potenza italiano a finales de la temporada pasada.

«Fue un partido con muchos espacios en el que lo único que podíamos hacer era ganar. Por suerte, a lo último pasó lo que pasó y pudimos llevarnos los tres puntos», comenta.

El defensa nacido en la Córdoba argentina habla de la necesidad de que el equipo apriete en lo que resta de temporada para conseguir la permanencia. «Ahora se ve un poco más cerca el objetivo. El partido que viene jugamos con el último y tenemos que ganar como sea. Nadie quiere perder, ellos darán todo para buscar club el año que viene o estar bien allá, por lo que va a ser un encuentro más difícil de lo que parece. No nos van a regalar nada, por eso tenemos que estar todos a una y luchar hasta el final para conseguir la permanencia. Desde luego, tenemos buenos jugadores con la calidad suficiente para conseguirla».

Feliz regreso

Mauro Zanotti habó también de su regreso al Portuense, donde la temporada pasada disfrutó de la clasificación para la fase de ascenso a Segunda y de un gran papel en la Copa del Rey.

«Nunca me quise ir. En el otro club no estaba contento porque no estaban contando conmigo. Les insistí que quería irme porque en El Puerto me querían y, después de seis meses, conseguí que hubiera un acuerdo entre los dos clubes. Les dije que no hacía falta que me pagasen el dinero que me debían porque pensé en el futuro y no en el hoy. Aquí viví algo muy lindo y sólo pensaba en volver. Además, si llego a quedarme cinco meses más sin jugar ni un partido me hubiese hundido», confiesa el zaguero argentino.