RECIBIMIENTO. Familiares abrazan a miembros de Hamas liberados por Egipto. / AFP
MUNDO

La esperanza vuelve a Palestina

La mediación de Yemen propicia un primer acuerdo entre Hamas y Al Fatah para lograr su reconciliación tras meses de enfrentamientos Cheney recuerda a Israel que la paz exigirá «concesiones dolorosas»

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Las facciones rivales palestinas de Al Fatah y Hamas suscribieron ayer un documento, bajo los auspicios del Gobierno de Yemen, en el que se comprometieron a reavivar las conversaciones directas de conciliación previas a las hostilidades que ambos grupos mantienen desde hace varios meses.

De acuerdo con el texto suscrito en Sanaa, las partes acordaron «como representantes de Hamas y Al Fatah reanudar el diálogo ente ambos movimientos para volver a la situación anterior a los incidentes en Gaza», en alusión al gobierno de unidad suscrito entre las dos facciones el pasado mayo. El documento de referencia corresponde a un escrito formulado por el presidente yemení, Ali Abullah Saleh, distribuido en siete puntos, y que aspira a retomar aquella situación previa a junio de 2007.

El acuerdo, que fue sellado por el alto negociador del movimiento islamista Moussa Abu Marzuk y el representante oficial de la corriente nacionalista Asma al Ahmed -ambos de segunda fila- confirman la «unidad del pueblo palestino, de su territorio y de su autoridad». Las conversaciones, en todo caso, alcanzaban ayer un grado de entendimiento después de días de complicaciones surgidas en los encuentros iniciados el pasado miércoles y que a punto estuvieron de acabar en una ruptura.

De acuerdo con el testimonio de Ayman Taha, portavoz de Hamas en Gaza, el diálogo se retomará «el 5 de abril en los territorios palestinos, en función de la iniciativa yemení». «Por supuesto -explicaba Taha- habrá más reuniones en los próximos días entre Hamas y los oficiales yemeníes, y entre la formación radical y Al Fatah orientadas a debatir las cláusulas de la iniciativa firmada». «Apreciamos ampliamente los esfuerzos del presidente Ali Abdullah Saleh para salvar la brecha que divide a los palestinos -añadía el representante del partido islamista-. Haremos lo que podamos para que ese gesto acabe en éxito».

Otro oficial del grupo radical, que rehusó ser identificado, reclamó también que los idénticos principios de conciliación y para compartir el poder, que se aspiran a aplicar en la franja de Gaza, sean también funcionales en los territorios de Cisjordania, bajo el control de la Autoridad Nacional Palestina (ANP) dirigida por el partido de Mahmud Abbas.

Paralelamente a la noticia de un principio de acuerdo entre las facciones enfrentadas, en Jerusalén, el vicepresidente de Estados Unidos, Dick Cheney, reiteró ayer tras reunirse con líderes hebreos y palestinos su compromiso con la seguridad de Israel y con la creación de un Estado palestino, para advertir a continuación de que para alcanzar la paz ambas partes tendrán que llevar a cabo «concesiones dolorosas».

Desde su llegada al país hebreo el sábado por la noche, Cheney realizó un maratón de entrevistas centradas en gran medida en valorar las amenazas regionales -léase las procedentes de Irán y Siria- y dar un impulso al proceso de paz en esta convulsa región. En el desarrollo de su agenda, el número dos de la Casa Blanca se reunió con el primer ministro israelí, Ehud Olmert; el presidente del país, Simón Peres; el jefe de la oposición, Benyamin Netanyahu, y la jefa de la diplomacia judía, Tzipi Livni.

Amenazas para EE. UU.

Tras su encuentro con Peres, el dignatario norteamericano declaró que Washington está «activamente involucrado en tratar las amenazas que vemos emerger en la región, que no son amenazas sólo para Israel, sino también para Estados Unidos». El presidente Bush «está muy preocupado porque Siria provea de armamento» a la milicia libanesa Hezbola, que se enfrentó al Estado judío en el verano de 2006, indicó.

Poco después, Cheney se trasladó a territorio cisjordano para entrevistarse con el presidente de la ANP, Mahmud Abbas, y su primer ministro, Salam Fayad. Al llegar a Ramala declaró que «el presidente Bush es el primer presidente de EE. UU. que adopta el principio de establecer un Estado independiente que viva en paz y sea capaz de vivir. Nuestra Administración está comprometida con este objetivo», aseguró.