Enorme Yordi

¿Qué sería el Xerez sin Yordi? ¿Qué sería este equipo sin sus goles, sin sus ganas, sin su espíritu, sin su inagotable esperanza, sin sus cabezazos, sin su precisión desde el punto de penalti, sin su fuerza, sin sus regates en corto, sin su juego de espaldas a la portería, sin su garra, sin su compañerismo, sin su solidaridad, sin su áurea ganadora? ¿Qué sería el Deportivo sin el isleño?

La cuestión es tan difícil de responder como hipotéticamente imposible, pero parece obvio que el conjunto azulino tendría mucho más trabajo por delante si allá por el mes de agosto Yordi hubiera abandonado la nave, como era el deseo de la dirección deportiva de la entidad.

Sin desmerecer el trabajo de todo el equipo, ayer Yordi volvió a ser vital. Estuvo enorme, y así se lo reconoció una grada que le despidió con la mayor ovación de la temporada. Y lo hizo porque, no sólo logró el gol de la victoria, sino porque el delantero es el alma de este equipo. Ayer por primera vez un penalti se convirtió para él en una pena máxima, pues falló tras ocho dianas desde los once metros. Lejos de arrugarse, resucitó exactamente cuatro minutos después con un remate de cabeza de goleador, un testarazo que colocaba por delante a los azulinos para que lograran encadenar su tercer resultado positivo.

Repite equipo

Esteban ya lo anunciaba en la previa: el técnico ha encontrado su equipo tipo. Por primera vez en lo que va de temporada el Xerez salía al terreno de juego con los mismos once hombres que la semana anterior. Algo que les ha permitido consolidar un sistema defensivo que treinta jornadas después comienza a dar síntomas positivos. No fue un encuentro espectacular de los azulinos, pues llegaron al minuto cincuenta con pocas sensaciones de triunfo, pero ahora la fortuna también se alía con unos xerecistas que recibieron un infantil regalo de Goitia. El portero cedió el cuero a Yordi en lugar de a uno de sus compañeros, y cuando el isleño se disponía a superarlo fue derribado. Penalti y expulsión.

Lo mejor de los azulinos es que no se descompusieron cuando Yordi falló el penalti. El mismo delantero se encargó de tirar del carro y de colocar a su equipo por delante en el marcador.

Además, supo aprovechar las lagunas de un Málaga que se fue a la desesperada a por el partido. Esteban, como viene siendo habitual, reemplazó a los hombres de toque por jugadores con gran punta de velocidad para tratar de salir a la contra. Juego en el que se desenvuelve a las mil maravillas un rapidísimo Carlos Calvo que desquició a los malaguistas hasta el punto de poner en riesgo su físico.

El madrileño dejó un tremendo eslálom que estuvo a punto de convertirse en el gol de la tarde, pero su disparo, sin fuerza y demasiado cruzado, cruzó la línea de fondo muy cerca del palo.

Pedro Ríos, que se encuentra a un alto nivel, también contó con ocasiones para engordar la victoria, así como Emilio Viqueira e incluso alguna que otra más de Yordi.

Y es que en el tramo final el Deportivo se encontró con un Málaga cegado por el ansia del ascenso y que fue perdiendo pegada, inteligencia y movilidad. Acabó siendo un equipo muy diferente al ordenado y compacto que se pudo ver en la primera parte. Uno de esos gigantes difíciles de superar defensivamente y que caminan con la sensación de dar un golpe contundente para matar el duelo. El tortazo se lo dio su propio portero y sus compañeros tuvieron que pagar las consecuencias.

El beneficio quedó para unos azulinos que continúan con su escalada hacia la permanencia. Con la victoria de ayer, dan continuidad a uno de los mejores ciclos de la temporada. Hasta la fecha, el Xerez sólo había aguantado tres encuentros consecutivos sin perder en una ocasión -Salamanca, Alavés y Córdoba-, pero en aquella ocasión se superaron los partidos con tres empates. Ahora Esteban Vigo ha logrado encadenar dos victorias -Celta y Málaga- y un empate -Nàstic- con una media inglesa que, con total seguridad, le mantendría un año más en Segunda División.

sgalvan@lavozdigital.es