HONOR. El músico israelí, Pichas Zukerman, fue el encargado de hacer sonar el insigne violín . / EFE
Cultura

El violín más caro del mundo vuelve a sonar en un palacete de Moscú

El instrumento fue adquirido el pasado 13 de febrero por el magnate ruso, Víktorov, en la subasta de Sotheby's por 7 millones de euros El ex-Vieuxtemps data de 1741 y fue creado por Giuseppe Guarneri del Gesu

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El violín más caro del mundo, valorado en 7 millones de dólares (más de cuatro millones y medio de euros), volvió a sonar el viernes después de 70 años de silencio. Lo hizo en la sala principal del palacete Pashkov de Moscú, enfrente del Kremlin. Fue en una gala organizada por el multimillonario ruso, Maxim Víktorov, el dueño del preciado instrumento musical. Acudió la flor y nata de la alta sociedad moscovita.

El inmenso honor de hacer que el insigne violín volviese a lanzar sus exclusivas notas corrió a cargo del músico israelí, Pinchas Zukerman. Le acompañó la orquesta del Teatro Bolshói y su director Alexánder Vedérnikov. El programa del concierto incluía piezas de Bach, Mozart y Bruch. Éstas últimas las más aplaudidas.

El magnate ruso adquirió el ex-Vieuxtemps, así se llama el prodigioso violín, el pasado 13 de febrero en la subasta Sotheby's. La transacción se hizo a puertas cerradas y no se dio a conocer el precio que alcanzó la pieza. La prensa rusa, sin embargo, asegura que Víktorov pagó 7 millones de dólares. El precio más alto que hasta ese momento se había pagado por un violín fue justo la mitad, 3,5 millones de dólares, por un Stradivarius llamado Hummer. Fue en la subasta Christie's hace dos años.

El instrumento data de 1741. Lo creó el maestro de Cremona Giuseppe Guarneri del Gesu y perteneció al virtuoso belga, Henri Vieuxtemps, que se prodigaba con frecuencia en los teatros imperiales del San Petersburgo del XIX. El músico belga deleitó con su portentoso violín a los zares Nicolás I y Alejandro II. «Vieuxtemps era el principal solista del emperador Alejandro II y de los teatros de San Petersburgo. Este instrumento sonó aquí en un momento de máximo esplendor de las artes en nuestro país», afirmó Víktorov.

Con un violín idéntico, realizado también por Guarneri, tocaba Paganini. El que poseyó Vieuxtemps pasó después a manos de André Wilmotte y en 1905 lo compró Eduard Ferdinand Küchler. Sus herederos lo mantuvieron guardado hasta que lo adquirió el empresario ruso. La última vez que en Rusia se escucharon sus melodías fue hace un siglo. Víktorov cree que un tesoro así «no debe estar expuesto en una vitrina, sino en manos de músicos virtuosos».

El Conservatorio de Música de Moscú acogió este sábado el mismo concierto para que un público más amplio pudiera apreciar el sorprendente sonido del viejo violín y la maestría de Zukerman. Mijaíl Shvidkov, presidente de la Agencia Federal de Cultura y Cinematografía de Rusia, comentó el evento señalando que «esto demuestra que en Rusia hay dinero para comprar violines como este». Rusia es el segundo país del mundo, por detrás sólo de EE UU, en número de multimillonarios y Moscú la ciudad del planeta con mayor concentración de ricos.