EN LA FÁBRICA. Juan Polanco posa delante de su materia prima. / ROMÁN RÍOS
JUAN POLANCO PRESIDENTE Y FUNDADOR DE GRUPO POLANCO

«Sólo pienso en ganar para no despedir a nadie»

Juan Polanco dejó los estudios a los 12 años y se empeñó en aprender el oficio de carpintero, para lo que iba en bicicleta de Chiclana a Puerto Real. Hoy, 40 años después de aquel empeño, el Grupo Polanco factura unos 90 millones de euros al año y tiene en plantilla a más de 600 personas. El pasado día de San José, el fundador y aún presidente de una de las mayores empresas de Cádiz felicitaba a cada empleado que celebrase su onomástica por los pasillos de su complejo en el municipio chiclanero. ¿Empleado? No, Juan Polanco considera a sus trabajadores «colaboradores».

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Y en este gesto semántico o en el de pararse a felicitarlos empieza la responsabilidad social del grupo. «Llega un momento en que pienso que la empresa tiene que seguir creciendo para que no me vea obligado a despedir ni a una sola persona. Porque no hay nada más triste que imaginar que un colaborador llega a su casa con la carta de despido en la mano», asegura, con 65 años a las espaldas y un máster en Alta Dirección de Empresas que acaba de cursar.

Desde aquel taller de 18 metros en el que comenzó hasta el complejo actual a las afueras de Chiclana, Juan Polanco siempre ha considerado el bien de sus colaboradores como prioritario. «Por eso, no he dudado en ayudarles financieramente si necesitaban comprarse una casa o me entrampaba en una póliza para afrontar los gastos en los meses de invierno y no echar a nadie en los meses más flojos del negocio en los principios».

De forma paralela, y desde mediados de los noventa, la empresa maderera cuenta con la Fundación Polanco Enri, a través de una beca a hijos de colaboradores, premia los mejores expedientes de secundaria, organiza fiestas en Navidad, condecora al mejor artesano del sector... Y existe la formación continua de la plantilla, a través del Instituto Internacional San Telmo o en las mismas instalaciones.

Por último, está el respeto al medio ambiente en una empresa tan intensiva como es una maderera: Polanco pertenece a dos cadenas que certifican el origen de la materia prima. ¿El secreto del éxito de un empresario en Cádiz? «No me llame empresario, porque soy un carpintero».