Popularidad y éxito
LA GLORIETA Ni siquiera imaginaba Armando, nuestro Armando, que al final de su dilatada carrera futbolística acabaría jugando en el club de sus amores: el Athletic. Cuántas penurias habrá pasado en Cádiz el de Sopelana. No sólo en la Segunda División, sino en ese infierno maldito que fue la Segunda B. Errores propios y desméritos de los dirigentes que llevaron la nave amarilla durante esa perniciosa década.
Actualizado:La pasada jornada de Liga, un animal de dos patas, cuya presencia en los campos no debería ocurrir nunca le pegó un botellazo (¿Que valiente!) y dejó maltrecha su cara. Armando fue portada de casi todos los periódicos, y no sólo deportivos. Esa triste imagen del Ruiz de Lopera dio la vuelta al mundo, y Armando estaba allí, como primer protagonista de la película.
No es deseable alcanzar la popularidad por tan lamentables hechos. Tras una larga carrera, llena más de éxitos que de fracasos. Teniendo tras de sí una afición que nunca olvidará sus buenas tardes de fútbol. Y le tiene que llegar la popularidad a nivel nacional porque un descerebrado le ha agredido. No es justa, muchas veces, la vida de los deportistas. Es verdad que ganan sus buenos dineros, que son imagen para los jóvenes y no es que trabajen mucho, que digamos.
El carisma de este veterano guardameta no sólo debería quedarse en la anécdota del domingo pasado en Sevilla. Armando merece un reconocimiento popular por su trabajo realizado en Cádiz. Sólo deseo, además de su recuperación, que regrese de nuevo a la Bahía cuando cumpla este sueño que está viviendo y enseñe a los jóvenes su sapiencia con los guantes.