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MECÁNICA. La escudería italiana trabaja al máximo para evitar nuevas averías en carrera. / EFE
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Ferrari necesita un buen resultado en Sepang tras el fiasco de Australia

Otro mal resultado de Raikkonen daría alas en la clasificación a Hamilton Renault confía en la destreza de Alonso bajo la lluvia para estar entre los primeros

J. M. RUBIO
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La segunda prueba del Mundial de F1 en Sepang se va a desarrollar con una temperatura de 30º y una humedad de más del 80%. Unas condiciones que van a poner a prueba a los pilotos y a las máquinas. Sobre todo, a los hombres de Ferrari, que necesitan sacar un buen resultado después del doble abandono en Australia. Si no hay lluvia, algo extraño, el equipo Ferrari tiene que demostrar que lo de Melbourne fue sólo un pequeño traspiés, sin mayores consecuencias, ya que en caso de debacle de sus pilotos, los hombres de McLaren podrían tomar la delantera peligrosamente en el mundial de pilotos, sobre todo Hamilton frente a Raikkonen.

Para Alonso la carrera de Malasia se presenta como una gran incógnita. Si llueve será una auténtica lotería, de la que nadie sabe como puede salir. El equipo Renault está un poco en tierra de nadie y habrá que ver si Alonso es capaz de sacar partido de nuevo a su mecánica como hizo en Australia, sabiendo aprovechar los despistes ajenos.

En 2005 ganó el título esperando agazapado los fallos de Raikkonen y su McLaren. Este año la situación está mucho más complicada, pero nadie duda de la capacidad del asturiano para sacar partido a cualquier circunstancia extraña, que han de ser las que le ayuden a mejorar su posición en la clasificación. Entrar en la última calificación, y salir lo más adelante posible es la asignatura pendiente para Renault en este inicio de temporada y habrá que ver de lo que son capaces en cuanto a evolución, ya que de ello dependerá en buena medida las posibilidades del equipo.

En McLaren las cosas son diferentes después de la exhibición de Hamilton, que rodó con el coche puesto a punto por Pedro de la Rosa en el simulador, y que como reconoció el propio Pedro, prácticamente se quedó como lo había dejado él de reglajes en la fábrica. Hamilton tiene la virtud de rodar al máximo con lo que tiene entre manos, esté puesto a punto para él o no.