Chantal Sébire, en una imagen tomada en febrero pasado para reclamar que se le aplicara la eutanasia. /ARCHIVO
su hija encontró ayer su cadáver

Los primeros datos no aclaran la muerte de la mujer francesa a la que negaron la eutanasia

Afectada por un tumor nasal que le provocaba "atroces" dolores y deformaba su rostro, la maestra de 52 años y madre de tres hijos falleció ayer

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El cadáver de Chantal Sébire, la mujer afectada por una dolorosa enfermedad incurable y a quien la justicia gala había negado la eutanasia, no presenta elementos que puedan determinar cuál fue la causa de la muerte. Esta maestra francesa fue encontrada muerta anoche en su domiclio. La investigación tendrá que aclarar si pudo tratarse de un suicidio asistido o de una eutanasia activa.

El fiscal de Dijon, Jean-Pierre Alacchi, ha reconocido que está aún por determinar la causa del fallecimiento de Chantal Sébire porque tras una primera inspección su cadáver no presentaba elementos que pudieran aclarar las circunstancias del fallecimiento. Según ha apuntado el representante del Minsiterio Público, la investigación continúa aunque él mismo ha reconocido que no es seguro que se le vaya a practicar la autopsia al cadáver.

"No tengo elementos suficientes para determinar las causas de la ha señalado a la prensa. "La apariencia externa del cuerpo no presentaba particularidades", por ello se está tomando declaración a sus familiares y amigos. "Me pregunto si se le va a practicar o no una autopsia", dejaba en el aire el fiscal.

El cuerpo sin vida de Sébire fue descubierto por su hija aunque todavía no ha podido precisar si estaba acompañando a su madre en el momento de morir.

Afectada por un tumor nasal que le provocaba "atroces" dolores y deformaba su rostro, Sébire, maestra de 52 años y madre de tres hijos, murió ayer, dos días después de que la justicia francesa denegara su petición de que se le aplicara la eutanasia activa.

Debate abierto en Francia

Su lucha por una muerte digna ha reavivado en Francia el debate sobre la eutanasia y ha provocado que el Gobierno ordene una misión parlamentaria para revisar la ley de 2005 sobre cuidados paliativos.

Varios miembros del Ejecutivo se han mostrado favorables a introducir la posibilidad de establecer excepciones a esta norma que impide la aplicación de la eutanasia activa. Votada por unanimidad de los parlamentarios en 2005, la ley permite a los doctores medicar a un paciente hasta que entre en estado de coma y aguardar en esa situación la muerte. Una solución que rechazó Sébire, quien quería una muerte más rápida, rodeada de sus allegados.

La secretaria de Estado de la Familia, Nadine Morano abogó por la creación de una comisión nacional de excepción que estudie la aplicación de la eutanasia activa en ciertos casos particulares, como el de Sébire.

El portavoz del Gobierno, Luc Chatel, señaló que se estudiarán cambios en la ley, pero que éstos no deben introducirse "con urgencia" ni bajo la emoción provocada por el caso de Sébire. El Gobierno ha encargado el estudio de la ley al diputado Jean Leonetti, el mismo que redactó en 2005 la normativa vigente sobre cuidados paliativos.