Salario base para los pilotos
El límite presupuestario que propugna la FIA amenaza los sueldos estratosféricos de las estrellas del volante
Actualizado:Es una vieja pretensión de la Federación Internacional (FIA) que va cobrando forma. Adelgazar las finanzas de la Fórmula 1, recortar gastos, propugnar una igualdad competitiva que se aleje del viejo precepto según el cual el que más tiene, más puede. Dar emoción a las carreras desde un utópico socialismo, paradoja total en el ambiente más chic y estereotipado del planeta del deporte.
Las últimas noticias apuntan a una limitación presupuestaria de 150 millones de euros para todas las escuderías. Cifra que comenzaría a aplicarse en 2010 y no la próxima temporada como tenía programado la FIA. Max Mosley, el presidente del automovilismo mundial, envió una carta a los once equipos el pasado enero reclamando sugerencias y opiniones al respecto.
La propuesta choca con una muralla evidente. ¿Cómo es posible controlar los gastos de una ingeniería financiera de tal calibre? ¿Cómo descubrir si los equipos reciben dinero externo de sus patrocinadores para sus planes de desarrollo? Mosley garantiza el desarrollo de un plan a largo plazo que evite las trampas de tesorería.
La otra cuestión en el debate señala directamente al bolsillo de los pilotos. Pese a que la primera instancia de la FIA era dejar al margen su salario en este recorte, los últimos comentarios en el paddock inciden en lo contrario. Las estrellas del volante también tendrían que apretarse el cinturón.
En esto, como en todo, hay categorías, sobreentendidos. A Fernando Alonso, Kimi Raikkonen o Lewis Hamilton les respalda el mercado, la ley de la oferta y la demanda. A tal valor al volante, tal precio. Seguirán cobrando sus cifras estratosféricas, que bailan en el arco de los 25 a los 35 millones de euros.
Menos dinero
El desfase salarial puede llegar en la clase media de la parrilla. Se cuenta por el paddock que hay muchos pilotos amenazados por la tijera. Se cuenta y se habla de bajada de sueldos. Un ejemplo podrían ser los pilotos de Red Bull, los treintañeros Mark Webber y David Coulthard. Las estimaciones nunca desmentidas en las escuderías cifran sus sueldos en tres-cuatro millones de euros. Estarían en peligro frente a la irrupción de jóvenes mileuristas procedentes de la GP2.
Ese límite en los presupuestos podría traducirse en una especie de tope salarial al estilo NBA. Los 15 millones que habría firmado Felipe Massa en Ferrari corren peligro. Gente como Trulli, Button o Barrichello tienen motivos para el desasosiego si este plan de la FIA se consuma finalmente.
La medida afectaría menos a los puestos de descenso en la parrilla. El Force India, antiguo Spyker, sólo habría gastado 80 millones de euros la pasada campaña. Y lo mismo sirve para Super Aguri. Los pilotos menos cotizados del mundillo cotizan su anualidad a unos 300.000-400.000 euros.
Peor lo tienen los currantes del paddock. Un camionero de un equipo puntero, tipo McLaren o Ferrari, cobra una mensualidad de 3.000 euros más dietas por desplazamientos y premios por victorias.
Congelados los motores, provistos los equipos de un equipo suministrador de neumáticos, adheridos todos a una centralita informática standard, la FIA busca un proyecto igualitario que parece ficticio.
Escuderías como Toyota (450 millones de presupuesto el año pasado), Ferrari o McLaren (en torno a 400) tendrían que restar casi un tercio de sus inversiones.