DESOLADO. Sebastián Martín, ayer, junto a la puerta de su casa y la de los fallecidos.
Jerez

«Los veo en todas partes »

Sebastián Martín, el vecino que arriesgó su vida por intentar salvar a los fallecidos, ha relatado la dura experiencia que supuso encontrar los cuerpos de la pareja y al pequeño, que aún permanecía con vida

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Sebastián Martín tardará mucho tiempo en reponerse tras lo que vivió en primera persona la noche del pasado sábado. Ayer aún le costaba trabajo hacerse a la idea del drama del que fue testigo, arriesgando incluso su vida por intentar salvar a sus tres vecinos que finalmente perecieron en el suceso. El valiente ciudadano ha relatado a LA VOZ cómo sucedieron los hechos, cuando después de cenar fue a acostarse y le llamaron los vecinos, preocupados por el fuerte olor a gas butano.

«Me preguntaron si me había dejado el gas abierto, y cuando lo comprobamos nos dimos cuenta de que el olor venía de la casa de al lado. Como la puerta estaba encajada, porque la niña había salido, la abrimos y vimos una neblina muy blanca, con un olor insoportable». Sebastián no lo pensó dos veces y se adentró en la vivienda con otros dos vecinos, y en seguida encontraron al niño tendido en la cama de sus padres, alertados por los sonidos que provenían del aparato de televisión.

«Los tambores de Semana Santa que se oían en la tele me llevaron al cuarto, y cuando vi al niño lo zamarreé y le grité, y me di cuenta de que respiraba, por lo que lo saqué para afuera». En seguida comenzó la búsqueda del resto de componentes de la familia, hasta que este vecino dio con los padres en el cuarto de baño. Aunque se encontraron la puerta cerrada con pestillo, finalmente pudieron acceder al interior y descubrieron al matrimonio tendido en el suelo.

«El termo estaba entero en llamas y temí que explotara la bombona. Lo primero que hice fue cerrar la llave de paso y cortar el agua, pues la bañera estaba rebosando. Entonces comenzó a apagarse el fuego y les hablé, les dije de todo, pero nada, así que los tapé con dos toallas y tuve que irme, porque me empecé a marear y pensé que me caía en redondo, creía que nos moríamos». Entonces avisaron a los servicios sanitarios, que certificaron la muerte de la pareja y trasladaron a su hijo al hospital, donde ingresó cadáver.

La angustia que experimentó Sebastián ese día no le da tregua ni un minuto. Recuerda con especial inquietud cómo buscó por todas partes a la hija del matrimonio, que se encontraba fuera en esos momentos, pensando que también estaba dentro de la casa. «El otro chaval vive fuera, pero la niña de 16 años vive con ellos y yo pensaba que estaba dentro. La busqué por todas partes, miré hasta debajo de las camas y no aparecía». Un horrible suceso que ha afectado enormemente al vecindario, y que se ha quedado grabado en la memoria de este ciudadano. «Yo los veo en todas partes, veo la imagen del niño, la de ella, donde quiera que mire y haga lo que haga».