HÉROE. Diego Forlán es abrazado por sus compañeros tras marcar. / A. P.
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Diego Forlán se aprovecha de un débil Levante para hacer doblete

Los tres puntos permiten a los colchoneros seguir agarrados a la Champions Abbiati salvó al Atlético de encajar algún gol ante un Levante muy orgulloso

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Diego Forlán, que le tiene tomada la medida al Levante, sacó a relucir su instinto matador y se aprovechó de la debilidad del colista para liderar la goleada del Atlético en un partido aceptable de los rojiblancos, que, aun con excesivas dudas, siguen agarrados a la Champions.

El Atlético no funcionó en una primera parte en la que se benefició de los errores defensivos del Levante, pero tras el descanso, con la tranquilidad del resultado, ofreció una mejor imagen, aunque permitiese demasiadas ocasiones a un rival regañado con el gol, aunque muy digno en actitud, pese a su crítica situación deportiva y económica. Aunque Forlán también perdonó ante la portería contraria, el delantero uruguayo estuvo donde debía estar, en el sitio oportuno, entre el final de la primera y el comienzo de la segunda parte, que fue cuando el equipo de Aguirre sentenció con su calidad a los levantinos.

Obtuvo el Atlético más premio del que mereció en un primer tiempo en el que se aprovechó de los fallos en defensa de un Levante que no supo materializar sus muchas oportunidades. Sin creación en el medio campo y sin ninguna continuidad en su juego, aunque tuvo un arranque prometedor, con tres ocasiones consecutivas, le bastó un cabezazo lejano de Simao que no despejó Armando y que se tragó Kujovic, y un desborde del portugués ante las dudas de Descarga para dar un gol hecho a Forlán y casi dejar resuelto el choque. El primer tanto llegó, además, cuando peor lo estaba pasando el Atlético , porque el Levante se había crecido y la inquietante defensa rojiblanca había provocado que el Calderón pitase a su equipo.

Casi tantas ocasiones de gol como el Atlético tuvo en el primer tiempo un Levante que, aunque perdido en la tabla, mostró su orgullo y llegó con demasiada facilidad al área de Abbiati, que rindió a un gran nivel, aunque fuese, sobre todo, la falta de puntería, la que hundiese a los valencianos.

El Atlético tampoco pudo presumir de remate, y también acusó que Agüero apenas entró en juego antes del descanso. A falta de la clase del argentino, que surgió en el minuto 53, los más activos en el ataque rojiblanco fueron sus extremos, y sobre todo, Forlán. De sus medios centro no hubo casi noticias, mucho menos del inconsistente Cléber Santana, siempre blanco de los silbidos del Calderón.

Aparece Agüero

Por delante, se le echaba en falta y tardó en aparecer, pero cuando lo hizo, al comienzo de la segunda parte, lo hizo a lo grande. Agüero decidió sellar el triunfo con una gran jugada tras un saque de banda, con caño incluido a Javi Fuego, y sólo le faltó definir con un zurdazo que despejó el meta del Levante. Ahí estaba, cómo no, Forlán, para dar la tranquilidad al Atlético , que a partir de entonces pudo jugar más suelto, sin presión, y ejerció mayor autoridad sobre un Levante que quedó tocado, aunque no renunció nunca al ataque. Aguirre aprovechó para retirar a Raúl García, aunque quien debía haberse ido era Cléber, y premiar de nuevo al joven Camacho, al igual que hizo después con De las Cuevas.

Fue sin embargo Agüero, beneficiado por la verticalidad y la rapidez del Atlético , aunque no estuvo nada afortunado en el remate, quien consiguió alegrar al Calderón en esa segunda parte en la que incluso la defensa colchonera rindió a un buen nivel.