Los antiglobalización son menos
El movimiento antiglobalización ha ido perdiendo aliento de forma muy rápida mientras crece el consenso sobre los pros y contras. China está en las trincheras de la globalización, dispuesta a todo. En la reciente Copa Africana de las Naciones, en el partido entre Egipto y Camerún, el público egipcio comprobó que las banderas de su país llevaban el rótulo de Made in China. En Egipto, los productos chinos tienen una omnipresencia llamativa. Los forofos del fútbol egipcio compran las banderas importadas de China porque son las más baratas, pero creen que las banderas fetén son las hechas con más primor en el mismo Egipto. También prefieren los productos europeos, pero ya como un lujo. En la nueva geografía del poder, la cuenta de llamadas telefónicas internacionales da una medida aproximada de la globalización. Esas interconexiones son parte vital del sistema nervioso de un mundo globalizado. Desgraciadamente, en los mapas del Instituto de Tecnología de Massachussets África no existe como flujo de telecomunicación. Pero, en general, la conexión en el mundo es la más alta de la historia.
Actualizado: GuardarEspaña no está en malas condiciones para vivir en la globalización pero necesita de una mejora sustancial de su capacidad productiva. La productividad por hora baja. Por otra parte, España ha recibido algo más de cuatro millones de inmigrantes en cuestión de unos seis años. Sea como sea, la dinámica económica española ya supo estar a la altura de la integración europea cuando los criterios de convergencia que se exigían para constituir la eurozona eran muy escarpados. Hubo un elemento de contabilidad creativa, ciertamente, pero el gobierno de centro-derecha de entonces logró lo que los socialistas decían que era imposible.
El crecimiento económico español topa con un crisis que parece grave y eso puede alterar los impulsos actual de predisposición globalizadora. El contexto europeo no es del todo exultante pero las bases son sólidas. No es en vano que España ha pasado de ser importador de inversiones a ser exportador, en un 3 %. País abierto, entre el Atlántico y el Mediterráneo, frente a las puertas de África, hay algo en la historia de España que ahora la hace alejarse rápidamente de cualquier ensimismamiento.