El presidente del PNV hace autocrítica y asume que su partido «no ha sabido entender» a la sociedad vasca
Evita referencias a la propuesta de Ibarretxe e insta a Zapatero a llegar a un acuerdo sin renuncias ideológicas previas
Actualizado:El presidente del PNV, Íñigo Urkullu, hizo autocrítica. Una semana después de los malos resultados electorales del 9-M, el máximo responsable de los nacionalistas reconoció sin ambages que su partido «no ha sabido entender ni adaptarse en toda su intensidad a la evolución» de la sociedad vasca en los últimos tiempos. Prometió relanzar la formación con un «contrato renovado» con los ciudadanos vascos y reclamó a Zapatero un acuerdo sin renuncias ideológicas previas. Urkullu en ningún momento mencionó el proyecto de referéndum planteado por el lehendakari, Juan José Ibarretxe.
Si el lunes y el jueves fue el Euskadi Buru Batzar, la ejecutiva del partido nacionalista, la que buscó explicaciones a la pérdida de 117.000 votos y un diputado, ayer le tocó el turno a la Asamblea Nacional del partido, el sanedrín del PNV, que agrupa a cargos internos y públicos del partido. Encima de la mesa estuvo en todo momento el miedo a que el PSE repita sus buenos resultados en las próximas elecciones autonómicas y se haga con el Gobierno de Vitoria. Íñigo Urkullu avanzó que su grupo «ha tomado buena nota y ha entendido el mensaje» que le lanzó el domingo la sociedad vasca.
En comparecencia pública, el presidente del Partido Nacionalista Vasco anunció que su formación ha iniciado la redacción de un nuevo documento político que presentará en primavera y con el que pretende dar respuesta a los malos resultados electorales. «Un nuevo tiempo» que se plasmará en un documento, «un contrato con los ciudadanos», que reunirá nuevos retos, metas y objetivos y que bautizó como Euskadi 2020.
«Oportunidad»
El líder peneuvista instó al PSOE a que «aproveche la oportunidad» que se abre tras las elecciones y llegue a un acuerdo sobre un nuevo marco jurídico y político que mediante la «relación amable» País Vasco-España permita solucionar el denominado conflicto vasco.
En este punto, Urkullu se dirigió a José Luís Rodríguez Zapatero en su condición de próximo presidente del Gobierno español y le mostró su «disposición para llegar a un acuerdo que fije el cauce y siente las bases del futuro para la satisfacción de toda la nueva generación y del conjunto de la sociedad vasca reconocida en Euskadi 2020». Esta oferta se concretaría a través de un «nuevo ámbito de relación jurídico-política» que el líder nacionalista eludió ampliar.
Urkullu invitó a Zapatero a «hablar cuanto antes» y a «no perder tiempo». Pero ni una referencia a la hoja de ruta de el lehendakari, que aboga por un nuevo marco sometida a la consulta de la sociedad vasca como objetivo irrenunciable. En tono conciliador apuntó que ese nuevo acuerdo no debe obligar a las partes a renunciar a sus postulados sino que debe configurar «un marco estable» pactado por los representantes políticos «tanto de Euskadi como de España».
Según la reflexión nacionalista, la sociedad «no quiere frentismo ni confrontación», sino que «reclama de los partidos, por encima de cualquier otra consideración, la transparencia, la claridad de los planteamientos y sobre todo la voluntad de acuerdo político».
«Nosotros no pedimos a nadie que renuncie a sus ideas ni nosotros vamos a renunciar a las nuestras» indicó Íñigo Urkullu que, en referencia al Estatuto de Guernica que su grupo considera ya amortizado, recordó que también «en este país hubo un acuerdo hace 30 años y hoy hay una oportunidad para un nuevo acuerdo», apostilló el líder peneuvista.