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Bancos y cajas piden apoyo al Gobierno para sortear un año que reconocen difícil
Admiten que la crisis financiera ya tiene un impacto negativo sobre el sector y el crecimiento económico
Actualizado: GuardarLa crisis financiera internacional está siendo más larga de lo previsto y no muestra indicios de remitir. Cada pocos días se conoce la identidad de un nuevo afectado -el desplome de Bear Steams es el más reciente- y bancos y cajas españolas han empezado a lanzar mensajes al futuro nuevo Gobierno para que se tome muy en serio la envergadura del problema. Le piden un papel más activo en la defensa de su solvencia y, algunas entidades, querrían ver liberados los fondos que, años atrás, se destinaron a prevenir la llegada de vacas flacas. Las cajas, por su parte, instan al Ejecutivo a no promover nueva legislación sin tomarles en cuenta.
Los presidentes de los dos grupos bancarios españoles acaban de pronunciarse. Ante la junta de accionistas de BBVA, Francisco González aseguró que la entidad está muy bien preparada para aprovechar las oportunidades que puedan surgir, pero también reconoció que el ajuste de los mercados financieros ya tiene un impacto negativo sobre la industria financiera y el crecimiento económico.
El presidente del Santander, por su parte, reconoció que las turbulencias van están prolongando sus efectos. Aunque a salvo de los episodios más graves de la crisis -prácticamente ninguna entidad española se ha visto salpicada por los productos relacionados las hipotecas basura norteamericanas- los distintos episodios de la crisis tienen consecuencias indeseadas, al provocar la sequía de financiación o un nuevo desplome de las acciones bursátiles. Así ocurrió en los últimos días cuando JP Morgan tuvo que acudir al rescate Bear Steams, y todo el sector se resintió, de manera que se diluyeron con rapidez los efectos del último anuncio de acción conjunta del BCE y la Fed.
En España, surgen mientras tanto las primeras pistas de una desaceleración de la actividad. En enero, el crédito de las cajas de ahorro apenas aumentó el 0,5% en relación al mes anterior. Su crecimiento interanual fue todavía del 16,7%, una tasa diez puntos inferior a la que presentaba un año antes.
Firmeza
Lo que bancos y cajas quieren es que las autoridades les ayuden a contrarrestar las informaciones que se están propagando por parte de analistas y medios internacionales, interesados en que las dificultades salpiquen a un máximo de instituciones para diluir sus efectos. Entidades tanto de gran como de mediano tamaño -como el Santander y el Sabadell- han tenido que rebatir comentarios y hasta exigir la corrección de errores cometidos por expertos en sus valoraciones. Hasta ahora, el Banco de España se ha pronunciado en contadas ocasiones. Más frecuente ha sido la intervención del ahora en funciones vicepresidente segundo del Gobierno y ministro de Economía.
Por descontado, desde las organizaciones sectoriales -Asociación Española de Banca y Confederación de Cajas de Ahorro- las manifestaciones han sido frecuentes, con cartas de réplica a los medios de comunicación incluidas.
También hay propuestas más técnicas. En tiempos de bonanza, las entidades han ido atesorando un total de 35.000 millones de euros de provisiones para uso en tiempos de vacas flacas. El grueso de esos fondos -un 80%- han sido de carácter genérico, es decir, que no correspondían a ninguna previsible dificultad. Algunas entidades piensan que ese dinero podría empezar a computarse como recurso propio. Pero todavía no se dan las circunstancias requeridas. Como alternativa, otras sugieren la rebaja del coeficiente de caja, que son los fondos que una entidad debe mantener como reservas líquidas. Esta última normativa tiene, no obstante, rango europeo.