El duelo de la ratificación

Nadie se suele fijar. Normalmente las miradas se desvían hacia otro punto de interés: un jugador que corre celebrando un gol, un equipo transformado en piña por la satisfacción de un triunfo, una grada desolada, un delantero con los brazos en jarra o una mirada al cielo. Pocos se fijan en ese jugador que entra en su propia portería para recoger un doloroso balón que acaba de incrementar el sufrimiento. Nadie se suele percatar de ese futbolista que recoge el esférico y suelta un desganado puntapié hacia el centro del campo. En el Xerez Deportivo se ha producido demasiadas veces esa escena. Han sido exactamente 46 las veces que Chema, Porato o cualquiera de sus compañeros se han visto en el trance de cruzar su propia puerta y sacar el esférico. Pero la semana pasado ninguno de los de azul tuvo que hacerlo, y para nada lo echaron en falta, pues gracias a ello lograron sumar tres puntos.

Ahora llega la hora de ratificar, de asentar los cimientos, de asegurar los anclajes que deben permitir al Xerez Deportivo iniciar la escalada para salir de la zona de peligro de la tabla de clasificación. La semana pasada ante el Celta los azulinos dieron el primer paso, lograron la primera victoria de la era Esteban Vigo y colocaron la primera piedra para reconstruir la aniquilada ilusión xerecista. Además, no sólo lograron sumar tres puntos sino que lo hicieron dejando la portería a cero tras meses recogiendo el cuero del fondo de la portería.

Hoy se visita a otro enfermo. A otro de esos equipos ideados para la gloria y aplastados por el virus del descenso. El Deportivo aterrizó ayer en tierras catalanas con la intención de sumar frente a un equipo en crisis.

Ya la semana pasada, los azulinos lucharon con las mismas armas que otras tardes les habían herido. Ahora, quieren volver a tirar de la efectividad, los nervios del rival, la presión de la grada y la angustia para sacar tajada frente a un Nàstic que acaba de bajar de Primera División y que ahora juguetea peligrosamente con un posible descenso a Segunda División B.

El duelo frente a los tarraconenses podría tener mucho más valor que el de la próxima semana ante el Málaga. El equipo que entrena Ferrando es un rival directo y el golpe de efecto podría ser casi definitivo por mucho que Esteban pueda conformarse con un empate.

El técnico azulino no parece haber preparado muchos cambios. Obviamente Antoñito no repetirá en el once, pues ni tan siquiera estará en el banquillo. La lógica apunta hacia Yordi a la hora de buscar un sustituto.

Puede que exista una variante más en el centro del campo, y Francis vuelva a pelearle la posición a Abel Aguilar, pero salvo esos pequeños retoques, pocos más. Los xerecistas probablemente saltarán a Nou Estadio, con casi los mismos hombres y el mismo sistema, para tratar de recortar la distancia con los puestos que permitirían pasar un año más en la categoría de plata del fútbol español. En el mejor de los casos los azulinos podrían quedar a una victoria de salir de una zona en la que ya acumulan muchas semanas.

Los tarraconenses se encuentran a seis puntos de los jerezanos, y pretenden lavar la bochornosa imagen dejada en Elche hace siete días. Para ello, parece que César Ferrando tiene preparados algunos cambios en su alineación. Adrián González, muy desafortunado en los últimos encuentros, podría ser uno de los sacrificados. En el apartado de bajas, el técnico valenciano tiene la única ausencia de Óscar López, con lumbalgia. El resto están disponibles, incluido David Abraham, que durante la semana había sido duda por unas molestias en el tendón rotuliano, aunque finalmente ha entrado en la convocatoria facilitada por Ferrando.

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