opinión

Vuelta de Hoja | Cantar derrota

Nunca sabremos si las cosas se ven mejor desde fuera, donde siempre faltan datos, o desde dentro, donde no hay perspectiva, pero tenemos que congratularnos de que estén felices los que eran encarnizados rivales hasta el día de las elecciones. Como en el célebre epigrama, El marqués y su mujer están contentos los dos: ella se fue a ver a Dios y a él le vino Dios a ver. El PSOE está cantando victoria, si bien con la voz más ronca, y el PP está cantando derrota, como si el eco fuese anterior al sonido de los clarines. El presidente Zapatero va a seguir y el aspirante Rajoy va a continuar.

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Me parece más lógica la alegría del primero, ya que más vale pájaro en mano, aunque el pájaro haya dejado de ser un águila imperial, y para media España sea de mal agüero. Tienen motivos para la euforia los que piensan que para las próximas elecciones comparecerá de nuevo el señor Rajoy, con la barba más blanca, insistiendo en sus tesis.

Según los más neutrales observadores, lo sensato sería buscar un adecuado relevo, a ser posible juvenil, y sobre todo darles puerta a esos adláteres que sólo han servido para cerrárselas. Basta tener un ligero contacto con la gente de veintipocos años -en la Universidad, en los bares o en mitad de la calle- para darse cuenta de que los señores Acebes y Zaplana no despiertan entusiasmos indescriptibles. Nadie pide que los maten, ni siquiera sus más feroces amigos: lo que está pidiendo el partido al que pertenecen es renovarse o que se mueran.

O entra gente nueva o siguen en las mismas y los votantes tenemos derecho a que sean otros los que nos aburran. No lo digo por mí. Es improbable que me queden más elecciones y más días de reflexión. Por eso intento reflexionar diariamente y por mi cuenta. Por mi cuenta y también por mi riesgo.