La UE mantendrá sus reformas económicas ante la coyuntura de crisis internacional

Los líderes de la UE han insistido en que su agenda de reformas económicas sigue siendo válida en la incierta coyuntura actual, marcada por el riesgo de recesión en Estados Unidos y el ascenso imparable del euro, el petróleo y otras materias primas. Los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete han dedicado la primera sesión de trabajo del Consejo Europeo a analizar la situación económica, en una jornada en la que la moneda única ha marcado un nuevo récord frente al dólar (1,56), lo mismo que el petróleo (el barril de Brent superó los 107 dólares).

Pero no se han centrado en evaluar la repercusión de estos factores en la UE, según fuentes comunitarias, y se han limitado a subrayar, una vez más, su intención de acelerar las reformas dirigidas a elevar la competitividad de la economía europea, un objetivo que persiguen desde el año 2000. Según el borrador de conclusiones de la cumbre, cuya versión definitiva será aprobada mañana por los líderes, frente a la incertidumbre actual "resulta fundamental evitar la complacencia" y continuar con la agenda de reformas.

En el ámbito de los mercados financieros y con objeto de prevenir crisis futuras, los Veintisiete darán su visto bueno a la estrategia ya pactada por los responsables de Finanzas a finales del año pasado, centrada en aumentar la transparencia y mejorar los mecanismos de evaluación de riesgos y la supervisión.

Preocupación por el cambio de divisas

Poco antes de asistir al Consejo Europeo, el presidente del Eurogrupo, el primer ministro luxemburgués, Jean-Claude Juncker, ha reconocido su preocupación por la evolución de los tipos de cambio y ha asegurado que los ministros de Finanzas de la eurozona "vigilan cada vez más" la cotización de la moneda única. "Estamos siguiendo la situación muy de cerca", ha señalado Juncker, remarcando que la "excesiva volatilidad" de los tipos de cambio perjudica al crecimiento económico.

Desde la Comisión Europea, su presidente, José Manuel Durao Barroso, se ha esforzado por lanzar un mensaje de tranquilidad y ha insistido en mirar al futuro con "confianza y vigilancia". En la reunión a puerta cerrada, la delegación sueca ha mostrado, por su parte, preocupación por el repunte de la inflación y ha dejado claro que corresponde a los bancos centrales actuar para frenar el avance de los precios, según fuentes comunitarias.

Política energética y cambio climático

En la primera sesión de trabajo, los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete también han tratado la política energética, en concreto sobre los planes para impulsar la apertura de los mercados del gas y la electricidad, y sobre la estrategia planteada por la Comisión Europea de lucha contra el cambio climático.

Respecto a la liberalización de los mercados energéticos, varias delegaciones, entre ellas la alemana, han urgido a alcanzar un compromiso que solucione la división de los Veintisiete en torno a la separación patrimonial de las redes. Previsiblemente, los líderes se comprometerán mañana a llegar a un acuerdo sobre este espinoso asunto -que ha enfrentado a los Estados miembros en dos bloques- en el mes de junio.

Ocho países, liderados por Francia y Alemania, se oponen a la desmembración forzosa de los gigantes energéticos propuesta por la Comisión Europea, idea que apoyan una mayoría de Estados miembros, entre ellos España.

En cuanto a la lucha contra el calentamiento global, la mayoría de países temen que las ambiciosas propuestas de Bruselas provoquen el traslado de fábricas de Europa a lugares con una legislación medioambiental menos estricta. Algunos países, como Francia o Alemania, son partidarios de que Bruselas defina lo antes posible los sectores que podrían verse más afectados por las medidas, aunque otras delegaciones, como Holanda, prefieren que esa referencia no se incluya todavía.

El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Durao Barroso, ha explicado que comenzar a definir ya las medidas y los sectores "sería un error", ya que haría pensar que la UE no cree en la posibilidad de lograr un acuerdo global contra el cambio climático.