Ni blanca ni radiante
A menos de cuatro meses para su boda, Belén Esteban lamenta que ningún diseñador quiera hacerle el traje de novia
Actualizado:Seguro que nadie ha olvidado la famosa secuencia de Pretty Woman en la que Vivienne, la prostituta interpretada por Julia Roberts, entra en una exclusiva tienda de Rodeo Drive, con un fajo de billetes en la mano, en busca de un vestido carísimo que la refine y logre quitarle por fin el pelo de la dehesa... ¿Y con qué se encuentra? Con dos estiradas dependientas que la rechazan sin miramientos y la ponen de patitas en la calle dándole a entender, muy sibilinamente, que en semejante templo de la elegancia no hay nada que pueda servirle... Y que su sola presencia está desprestigiando tan exquisito comercio.
Bueno, pues guardando las distancias, esto es más o menos lo que le está pasando a Belén Esteban con su vestido de novia. A menos de cuatro meses de su enlace -se casará el 27 de junio con Fran, el camarero de su amor-, la de Moratalaz no encuentra diseñador ni tienda de postín que le confeccione el traje nupcial, a pesar de estar dispuesta a pagar lo que le pidan.
El 'no' de Clará y Pronovias
El peregrinaje de la ex novia de Jesulín en pos de un vestido con el que casarse se ha tornado en via crucis en vísperas de Semana Santa. Sin haber llegado aún al altar, la novia ya ha recibido varios plantones. El primero partió de la diseñadora Rosa Clará. La Esteban acudió a Clará con más ilusión de la que cabe en el tul de un interminable velo nupcial, pero la modista catalana alegó falta de tiempo para realizar tan importante y mediático encargo. Los sevillanos Victorio & Lucchino añadieron poco después más leña al fuego al comentar que lo que de verdad quiere la Esteban es que el traje «le salga gratis».
Pero Belén lo desmiente. Ella se gana muy bien la vida desde hace tiempo en su papel estelar de gran indocumentada mediática y no necesita que nadie le regale nada. Igual que Julia Roberts en Pretty Woman, tiene un fajo de billetes en la mano y está deseando gastarlo. Con esa disposición, se plantó hace un par de días en la tienda que posee Pronovias en la madrileña calle Serrano, en su enésimo intento de que alguien la vista de seda... Eligió un vestido del prestigioso diseñador libanés Elie Saab, valorado en 7.000 euros, y realizó la pertinente reserva.
Según la versión oficial de Pronovias, esa reserva se comunicó a la central de la empresa y allí dieron la orden de cancelar el pedido. La razón: «Esta firma no admite que los trajes mediáticos sean de la colección, porque otras novias que van a casarse con ese mismo modelo se quejarían al verlo publicado de antemano». La política de esta empresa señala que las famosas deben llevar trajes exclusivos, como hicieron Genoveva Casanova o Ariadne Artiles. Según fuentes de Pronovias, se pidió a Elie Saab un diseño específico para Belén, pero él desde París respondió que necesitaba como mínimo ocho meses.
Conclusión: la Esteban no tiene quien la vista... Julia Roberts solucionó su problema acudiendo a otra tienda. Lo de la famosísima Belén se antoja algo más complicado. Si quiere verse blanca y radiante, tal vez tenga que ir a otro país.