El gobernador de Nueva York se enfrentará a un juicio político si no dimite en 48 horas
Las acusaciones por contratar a una prostituta dejan al máximo dirigente del estado en una situación difícil Le sucedería su brillante número dos David Paterson
Actualizado:Sexo, dinero y poder. La fórmula que invariablemente arrastra ríos de tinta ha hundido al gobernador de Nueva York, Eliot Spitzer, de 48 años, que se enfrentará a una investigación si no dimite en un plazo máximo de 48 horas. Su inminente partida auparía por primera vez en ese cargo a un brillante afroamericano que resultaría ser también el primer gobernador ciego en la historia de EE. UU. Todos los medios daban ayer a David Paterson, de 53 años, graduado en Derecho por dos universidades, incluyendo la de Columbia, como el sucesor natural de Spitzer, debido a su cargo como gobernador adjunto y la admiración que despierta entre republicanos y demócratas.
Paterson aseguró ayer a la prensa que nadie le había hablado todavía de ninguna transición, pese a que parece inevitable. «El gobernador me llamó ayer y me dijo que no dimitía por un número de razones en las que no entró, y eso es lo último que supe de él», contó.
Los tabloides pedían a gritos la dimisión de Spitzer tras conocerse con pelos y señales que era cliente habitual de una red de prostitutas de lujo bajo investigación federal. De la documentación que ya se encuentra en los tribunales, con transcripciones de conversaciones telefónicas, facturas de hotel y transferencias bancarias, salían ayer los detalles más sórdidos. Kristen, una joven prostituta por la que el mes pasado pagó casi 3.500 euros más los gastos de viaje por una hora de su tiempo, contaba a su jefa que no le había parecido «un cliente difícil», como decían sus compañeras. Su 'madame' le explicó que a menudo «les pedía hacer cosas que no eran seguras».
La investigación había empezado en octubre, cuando varios bancos informaron al Gobierno federal de extraños pagos que bordeaban la barrera de los 7.000 euros que encendieron la luz roja y siempre iban destinados a empresas fantasmas sin actividad aparente. En ese momento las autoridades sospecharon de corrupción o de chantaje, pero no de servir de la cobertura de Emperors Club VIP, un servicio que movía a cincuenta prostitutas de lujo entre Nueva York, Washington, Miami, París y Londres. Tres mujeres de entre 23 y 36 años que estaban al frente, y un hombre de 62 considerado cerebro de la empresa, han sido detenidos. El lunes, tras filtrarse el escándalo a través de la edición de Internet de 'The New York Times', Spitzer pidió perdón al público y a su familia, pero no dimitió.
'Supergarzón'
Tal vez el gobernador que durante sus ocho años de fiscal fue conocido como 'el sheriff de Wall Street' o el 'Supergarzón americano' pensara que podía aguantar el temporal en el cargo, como hizo Bill Clinton. El problema es que construyó su carrera en torno a la moralidad. Para sus propios correligionarios, la cuestión no era ya si iba a dimitir, sino cuándo. Se especulaba que Spitzer negociaba con las autoridades federales cambiar su salida por los hasta cinco años de prisión que podrían caerle si se aplica todo el peso de la ley.
Paterson, su probable sucesor, traería el lustre que él le ha quitado al cargo por haber dedicado su vida la política del estado, pese a que de niño perdió completamente la vista del ojo izquierdo y casi total del derecho. «Tengo una visión para Nueva York que no puedo ver con mis ojos pero siento con el corazón», dijo en la convención de 2004. Ex legislador estatal y fiel seguidor de Hillary Clinton, todo el mundo le veía como el hombre que ocuparía su sillón senatorial si la ex primera dama llega a la presidencia.
En lugar de ello este carismático político que vive en Harlem parece destinado a acabar el mandato de su jefe, que sólo llevaba un año en el cargo.