«Disfruto dirigiendo a los niños desde la base»

-¿Cuántos años lleva entrenando en el D. D. La Granja?

-Este es mi segundo año, con anterioridad estuve en el San José Obrero, donde entrené a los alevines y al benjamín.

-¿Por qué ese cambio de club? ¿No estaba a gusto?

-No era eso, lo que pasa es que en La Granja me propusieron un proyecto bonito. Conocían mi forma de trabajar y decidieron contar conmigo para formar el equipo prebenjamín, porque hasta el año pasado no había. Me gustan los retos difíciles y éste se ajustaba a lo que estaba buscando.

-¿Y qué balance hace de estos dos años?

-Bastante bueno. El año pasado, formando al equipo desde cero, hicimos una temporada muy completa, quedando en mitad de la tabla. Este año tenemos un equipo casi nuevo, porque se han ido once jugadores y estamos también realizando una temporada bastante positiva.

-El progreso de los niños a estas edades es enorme, ¿verdad?

-Desde luego y en casi todos los equipos. A principio de temporada era fácil ver goleadas de escándalo en casi todos los partidos y ahora ya se ven resultados más igualados.

-Siempre ha entrenado a equipos de fútbol siete. ¿No le atrae la idea de dirigir a infantiles o cadetes?

-No, porque yo como disfruto es enseñando a los niños desde el principio, desde la base. Eso es mucho más gratificante. Además, me encanta la inocencia de los niños a estas edades.

-En fútbol once lo que prima es el trabajo colectivo. Entiendo que en una categoría como prebenjamín eso tiene que ser también importante, pero ¿las individualidades tienen un papel fundamental?

-A estas edades sí. Un niño que destaque en esta categoría te puede ganar un partido, ya sea porque tenga un físico más desarrollado que el de sus compañeros o porque lance bien las faltas, por ejemplo.

-¿Cómo le gusta que sean sus equipos?

-Yo siempre voy al ataque. Utilizo dos defensas, tres centrocampistas y un delantero, cuando la mayoría de equipos utilizan dos líneas de tres.