opinión

Calle Porvera | Despertares

Me desperté ayer de la siesta como si fueran las diez de la mañana, pensando en que la noche electoral fue un sueño -no sé si pesadilla-. A las cinco de la tarde tenía ganas incluso de pedir en el Cristina una buena rebanada de pan de campo con aceite para templar el cuerpo. Durante la mañana de ayer -con madrugón incluido- pululé zombi por Jerez e incluso creo que pegué una cabezadita en el autobús de vuelta a casa.

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Lo cierto es que me desperté a la mencionada hora taurina ante unas crueles estadísticas, como hicieran ayer los militantes y simpatizantes de Izquierda Unida a los que les ha caído encima la losa del bipartidismo, cada vez más latente en España. No sé cómo se habrá levantado hoy Gaspar Llamazares y los miles de votantes que ejercieron su derecho con la intención de propiciar una posible alianza de izquierdas y no creo que hayan pensado en mi tostá de campo sino en una simple y triste rebanadita de pan Bimbo con margarina, por aquello de digerirla mejor.

Los datos certifican que ha habido votantes de IU que han optado por votar al PSOE para el Gobierno de Madrid mientras que han permanecido fieles a Diego Valderas en Andalucía, donde el partido ha mantenido con dignidad sus seis escaños. Imagino que lo habrán hecho con la sana intención de no ver en el Congreso de los Diputados más circulitos azules que rojos. Es una lástima que hayan tenido que pagar justos por pecadores por aquello del voto útil y que IU se haya convertido en el patito feo del cuento. Lo malo es que no se podrá reescribir el relato hasta dentro de cuatro años, cuando el animalito deje atrás este mal sueño y pueda, a buen seguro, batir sus alas de estiloso cisne.

vmontero@lavozdigital.es