ENCUENTRO. Más de una docena de vecinos de San Joaquín abordaron a Crisol en plena calle para solicitarle una reunión. / J. C. CORCHADO
Jerez

Vecinos de San Joaquín alertan del asentamiento del 'botellón' en su zona

Hace varios fines de semana que los residentes en las Torres de Córdoba también están padeciendo este fenómeno Insisten en la necesidad de más efectivos policiales

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Los vecinos de dos comunidades de propietarios de San Joaquín los tienen claro: quieren el cerramientos de sus bloques para poder descansar tranquilos. El principal problema que padecen es que desde hace ya varios meses grupos de jóvenes se asientan en esta zona para poder hacer botellón, algo que ha incrementado el número de actos vandálicos que se suceden en los alrededores del barrio.

«Llevamos mucho tiempo pidiendo a Urbanismo que nos de los permisos necesarios para poder cerrar los aledaños de los bloques Uruguay y Paraguay. De hecho, cuando Pacheco era el responsable de este área se nos prometió, aunque nunca pudimos vallar la zona. Ahora Juan Pedro Crisol nos ha pedido un poco de paciencia ya que todo está tramitándose como es debido, según nos explicó el viernes», indicaron desde las comunidades de propietarios afectadas.

Mientras tanto «sufrimos destrozos en nuestros coches, tenemos que soportar olores de todo tipo, suciedad acumulada tras el botellón y ruido. Voces que nos mantienen en vela hasta las altas horas de la madrugada», apuntaban desde estos colectivos.

En estos dos edificios de San Joaquín viven 76 familias que en las últimas semanas han llegado a plantear incluso movilizaciones para acabar con esta situación. No obstante, las palabras del responsable actual de Urbanismo ha conseguido calmar un poco los ánimos.

En las Torres de Córdoba, concretamente en la plaza Antonio Pica, la situación a la que se están enfrentando de nuevo los vecinos está comenzando también a acabar con su paciencia. De hecho, la pasada noche del sábado diversos grupos de jóvenes se aglutinaron en la zona para beber en la vía pública, una imagen que recuerda a otras épocas en las que estas calles fueron el centro de la movida jerezana.

Mientras tanto, en los aledaños de Jerez Norte los efectivos policiales se mantienen en sus puestos diseñados para controlar y restringir el acceso a la zona tras las quejas de estos vecinos que han padecido el botellódromo desde que se instaló entre la avenida de los Chiribitos y la calle Miguel Unamuno. «Sabemos que se ha relajado la vigilancia en el barrio, pero bien es cierto que la Policía Local continúa en la zona y que los problemas han disminuido notablemente. Otra cosa es lo que está reproduciéndose en la urbanización El Ángel», como matizó el presidente de la asociación de vecinos de Chapín, Ángel Magro.

Desde todos los barrios afectados por el botellón se insiste en los mismo «el problema es la falta de efectivos policiales».

braguilar@lavozdigital.es