RENUNCIA. Llamazares se despide tras la rueda de prensa. / EFE
ESPAÑA

Llamazares asume su fracaso y anuncia su retirada de IU

Cosecha el peor resultado de la historia y pierde el grupo parlamentario La sustitución del dirigente se producirá a partir del próximo mes de junio

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Gaspar Llamazares renunció ayer a seguir al frente de Izquierda Unida tras cosechar en estas elecciones generales el peor resultado de la historia de su partido. El todavía coordinador general de IU, que sólo logró dos diputados y dijo adiós a su grupo parlamentario en el Congreso de los Diputados, asumió «toda la responsabilidad» por el resultado, que tachó de «fracaso», y anunció que convocará en los próximos meses una Asamblea Federal de IU, en la que los militantes deberán elegir a su sucesor.

La decepción se preveía ya desde antes del cierre de los colegios, cuando se filtraron los primeros datos de los sondeos a pie de urna, que pronosticaban un desplome del partido de Llamazares. Los nervios y caras largas se mezclaban con llamadas a la «prudencia». Llamazares, muy serio, llegó a la sede a las ocho menos diez y sin hacer comentarios subió a su despacho de la tercera planta para seguir el escrutinio con sus colaboradores.

Quizá el líder de IU ya esperara a esa hora un mal resultado, pero no un hundimiento como el sufrido. La coalición consiguió menos del 4% de los votos y sólo dos escaños, resultado que le impedirá tener grupo propio en el Congreso -imprescindible para poder tutear a los partidos mayoritarios-. Hay que retroceder hasta 1982, en época del PCE, para encontrar un batacazo comparable. En aquellos comicios, los comunistas dirigidos por Santiago Carrillo lograron el 4,02% de votos y cuatro diputados que, igual que sucederá ahora, quedaron relegados al Grupo Mixto.

Bipartidismo

Llamazares culpó de su desplome al «tsunami bipartidista» y, sin mencionarlo, al llamado voto útil que, según su interpretación de los resultados, se habría llevado por delante «todo lo que tiene que ver con la diversidad democrática».

Lejos de eludir su responsabilidad, dio la cara y asumió lo que considera «un fracaso político para mí como coordinador y como candidato», porque no logró sus dos grandes objetivos: «por una parte, evitar la bipolarización de este país, y por otra contribuir a un cambio de izquierdas». «No lo hemos conseguido y asumimos ese fracaso». Lo cierto es que su partido no ha dejado de caer en votos y escaños desde que en 2000 asumió la dirección.

A pesar de la desilusión, Llamazares resaltó que el proyecto de IU «sigue muy vivo» y su organización trabajará para «revitalizarlo» en los próximos meses «con el apoyo de la sociedad de izquierdas que necesita a IU». Con o sin la sociedad, que le dio la espalda en estas elecciones, lo que sí dejó claro Llamazares es que será sin él. Tras asumir la «responsabilidad plena» anunció que propondrá a los órganos de dirección de IU la celebración de una nueva Asamblea Federal, de la que saldrá el nuevo coordinador general. «No me presentaré, es lo que debo a la organización», anunció.

Fuentes de Izquierda Unida explicaron que la sustitución de Llamazares se producirá en junio o julio próximo, cuando se celebrará esa Asamblea. Hasta entonces, seguirá como coordinador federal y como diputado, ya que fue el único elegido por la circunscripción de Madrid. Además de Llamazares, la coalición consiguió otro representante por Barcelona, gracias a su alianza con Iniciativa per Catalunya-Verds. En los últimos días, Llamazares había pronosticado que su formación cosecharía en torno al 6% de los votos y 6 ó 7 diputados.

En un mensaje que ya sonó a despedida, Llamazares agradeció a todos los órganos y cargos de su formación en los parlamentos central y autonómicos, y también en el ámbito municipal, la «excelente labor» realizada en esta campaña electoral. El resultado, les dijo, «no es justo con IU ni con el trabajo realizado porque el sistema electoral nos discrimina y nos ha arrollado».

Por último, pidió a sus militantes y simpatizantes que «defiendan» el proyecto de IU, para volver a «hacerlo operativo y eficaz». Después, muy afectado, abandonó la sede entre el aplauso de los militantes allí concentrados.