La economía de trazos del gaditano Fran Marín se estrena en Sevilla

De momento, no es Picasso, ni Klimt, ni Shiele, ni Durero, pero Fran Martín se ha inspirado en ellos con el suficiente tino como para ser el alumno privilegiado que desde ayer inauguró una muestra en la Fundación de Cultura Andaluza de Sevilla, su primer paso hacia lo que puede ser una de las carreras prometedoras en el arte gaditano.

De momento, es sólo un alumno de la Facultad de Bellas Artes de Sevilla, aunque no sea uno cualquiera. Su trabajo ha sido seleccionado por la propia universidad y ha salvado la criba de la fundación, que lo ha elegido para enseñar en la capital andaluza lo que es capaz de producir. «Es un paso muy importante para mí, porque supone una exposición individual, lo que me permitirá seguir exponiendo. Si no expones, no expones: es la sardina que se muerde la cola», dice el creador.

«Minimalista»

La muestra que se puede visitar en Sevilla es Blanco y negro sobre rojo, y consta de varios dibujos. «Es una referencia directa a la tinta sobre el papel, con los dos colores que prevalecen, además del rojo, que queda en un segundo plano», explica Martín, que reconoce que cada cual tiene un punto de vista sobre «toda la poesía que conlleva el arte hoy en día». Con las dos armas del negro y el blanco, el artista investiga en el frecuentado camino de la economía del trazo hasta rallar en «lo minimalista», reconoce. Para ese viaje, se acompaña principalmente del desnudo de un cuerpo ante el reto de representar sus formas con el mínimo trazo, que no el mínimo esfuerzo. «El desnudo es una excusa para desarrollar la limpieza de líneas de manera que tres o cuatro trazos sin color pueden representar una forma», explica Martín, que recalca que «lo importante no es lo plano, sino la imagen en tres dimensiones que nos hacemos en la mente».

Además de los desnudos, el alumno de Bellas Artes propone algunos paisajes -uno del Campo del Sur de Cádiz desde el mar- en el que juega con la amplitud de planos. Las influencias de Martín están claras: «Picasso de una manera muy directa», responde automáticamente, antes de apelar a nombres de otros grandes como Klimt, o Shiele y los grabados de la época de Durero, que han sido parte del background creativo de Blanco y negro sobre rojo pese a que «esto no sea como las matemáticas, donde dos más dos son cuatro». Más claro queda para él la defensa de la importancia del dibujo, «la base de la pintura, de la escultura, de todo».

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